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AMPL.- El acusado de violar a una joven en Santander asegura que ella le dijo que "le gustaba que le insistiesen"

La madre y una amiga de la víctima relatan que desde entonces, la joven "no se atreve a ir a ningún lado"

SANTANDER (SAN.MC) 8 (EUROPA PRESS)

El acusado de violar a una joven con la que estuvo de copas en Santander asegura que ella no le dijo que no "en ningún momento" y que, antes de los hechos, la víctima le había dicho que "le gustaba que le insistiesen".

En su declaración ante la Audiencia Provincial de Cantabria, el acusado, O.C.M., de 25 años en el momento de los hechos, relató que pese a que la noche de Reyes de 2008 había bebido, recordaba "perfectamente" todo lo sucedido.

O.C.M. se enfrenta a una petición de penas de nueve años de prisión tanto por parte del Ministerio Fiscal como de la acusación particular por un delito de violación presuntamente cometido el 5 de enero del año pasado.

Esa noche, el acusado estaba con sus amigos de copas, cuando conoció a la joven, que a su vez estaba con sus amigas. A la hora de marcharse a casa, según su versión, él y ella se fueron juntos, para tomar algo en el garaje de su casa, donde había un sofá. Allí, la acusación relata que él abusó de ella por la fuerza, y que ella salió huyendo, para lo que tuvo que romper con sus manos un cristal, lo que la provocó heridas.

"UNA BROMA DE MAL GUSTO"

El garaje estaba acondicionado con un sofá y una cama, además de una mesa y un televisor, entre otros elementos. Allí ambos bebieron y estuvieron hablando. En un momento determinado, el acusado afirmó que la pidió un beso, a lo que ella le respondió con "negatividad" alegando que estaba mal porque tenía novio. Tras insistir, ambos comenzaron a besarse.

Después de esto, en la versión de él, ambos mantuvieron relaciones sexuales, hasta que de repente ella le dijo que quería salir e irse, y se marchó. Él se vistió y, al salir del garaje, la vio que pedió ayuda en lo que él pensó que era "una broma de mal gusto" que le dejó "anonadado". O.C.M. le acercó la ropa que ella se había dejado en el garaje al irse. Volvió a entrar al garaje y al salir, no vio a nadie. "No entendía nada", relató.

Tras oír ruidos, vio fuera a la Policía y les llamó. Estos, tras preguntarle si había tenido algún problema con una chica y responder él "sí, pero no", le esposaron. Según explicó, quiso decir que sí había estado con ella, pero que no habían tenido ningún problema.

Según el relato que de los hechos que se juzgan hoy y mañana en la Sección Primera de la Audiencia Provincial hace el Ministerio Fiscal, el acusado utilizó la fuerza para quitarle la ropa a la víctima y abusar de ella.

La joven logró huir rompiendo con la mano el cristal de la puerta de la calle y metiéndose por el hueco, lo que la produjo heridas en distintas partes del cuerpo, hasta el punto de que uno de los Policías que declaró dijo que "casi se le apreciaba" el músculo.

Tras pedir ayuda en el garaje a un hombre que se la negó, y luego a un coche que la ignoró, fue auxiliada por los miembros del servicio municipal de limpieza, que fueron quienes llamaron a la Policía.

Tal y como narraron los agentes que actuaron, se la encontraron "semidesnuda, ensangrentada y muy nerviosa", siendo incapaz de determinar si la había violado o no, y describiendo una pelea. Posteriormente localizaron, en base a la descripción dada por la chica, al acusado, que, cuando hablaba con ellos "se contradecía todo el rato" y se expresaba "balbuceando" y "divagando mucho".

NO DABA "MALA SENSACIÓN"

La víctima declaró a puerta cerrada. Pero una amiga suya, que estaba con ella esa noche, testificó que primero había sido ella la que se había besado con el acusado. A la hora de irse, cogieron los tres el mismo taxi, en el que fueron a casa de él. En el portal, ella optó por marcharse, de forma que no llegó a bajar al garaje. O.C.M. no le dio "mala sensación" y le pareció "normal".

Al día siguiente, la víctima la llamó por teléfono y le contó todo lo sucedido. "Estaba destrozada, casi no podía hablar", afirmó la testigo, quien relató entre lágrimas que desde entonces su amiga, que estudia en otra comunidad autónoma, "no quiere venir a Santander" y cuando viene, "no se atreve a ir a ningún lado". "Es distinta de como era antes", señaló.

En este sentido, la madre añadió que su hija se encuentra desde entonces en tratamiento psicológico y expuso que prácticamente "no la ha vuelto a ver" porque "no quiere venir a Santander", y cuando lo hace "no quiere salir a la calle", porque enseguida se pone "nerviosa".

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