
Teherán, 27 ago (EFE).- El Poder judicial de Irán anunció hoy que dos personas, una de ellas con doble nacionalidad iraní-británica, han sido condenadas a diez años de cárcel por espiar para el servicio de inteligencia israelí Mosad.
El portavoz del Poder Judicial, Gholam Hosein Esmailí, explicó que la iraní Anushe Ashurí, con nacionalidad también británica, estaba conectada con el Mosad y le facilitó "muchas informaciones" de Irán.
Esta mujer ha sido sentenciada a diez años por espionaje y a dos años por acaparar dinero y bienes de modo contrario a la "sharía" o ley islámica.
Además, tendrá que devolver 33.000 euros a las autoridades iraníes, según el portavoz.
La otra persona, Ali Yavaherí, recibió la misma condena por espiar también para el Mosad "durante años" y recopilar para la inteligencia israelí información de varios campos, entre ellos sobre la base de los Guardianes de la Revolución de Jatamol Anbia.
Esmailí precisó que Yavaherí mantuvo reuniones con agentes israelíes en varios países, estableció "amplios lazos" con el Mosad, viajó a Israel y realizó trámites para conseguir la ciudadanía israelí.
Además de estos casos, el portavoz del Poder Judicial informó hoy de que el Tribunal de Apelación confirmó la condena a diez años de cárcel contra Aras Amiri, quien estuvo a cargo de la oficina de Irán del British Council.
Esta mujer, sentenciada en primera instancia el pasado mayo, fue encontrada culpable de colaborar con los servicios secretos del Reino Unido.
Esmailí comentó que mediante sus lazos con el British Council Amirí llevó a cabo "infiltración cultural" en la sociedad iraní y "medidas subversivas" contra el régimen iraní.
Amirí, que vivía en Londres, ya que la oficina del British Council en Teherán fue cerrada hace más de una década, fue detenida cuando viajó a Irán a visitar a algunos familiares.
En las cárceles de Irán hay numerosos condenados por espionaje, entre ellos ciudadanos con doble nacionalidad iraní y estadounidense, o británica o canadiense.
Uno de los casos más mediáticos ha sido el de la británica-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe, sentenciada a cinco años de cárcel en Irán por supuesto espionaje y por de tratar de derrocar al régimen de Teherán, cargos que ella niega.