
El gobierno del presidente Evo Morales ha calificado la jornada de violencia del martes en cuatro de las nueve regiones de Bolivia como el inicio de "un golpe de estado cívico-prefectural", aunque descartó decretar un estado de sitio para frenar los desmanes.
"Este es el inicio de un golpe de estado civil-prefectural, contra la unidad del país y contra la democracia", dijeron en una declaración conjunta los ministros de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, y de Defensa, Walker San Miguel, durante una evaluación de los conflictos. Las autoridades deploraron las manifestaciones "fascistas" que se registraron esta jornada en las regiones de Santa Cruz (este), Tarija (sur), Chuquisaca (sudeste) y Beni (noreste), en contra del gobernante Morales.
Tres heridos
La ciudad de Santa Cruz fue epicentro de choques callejeros entre estudiantes rebeldes y fuerzas combinadas de la Policía y las Fuerzas Armadas, durante la toma de oficinas públicas de Impuestos, Reforma Agraria, telecomunicaciones, que dejaron al menos tres heridos y varios contusos.
El ministro Rada, encargado de dirigir a la Policía, agrego que "no vamos a caer en provocaciones fascistas (....), vamos a actuar con serenidad, pero también con firmeza democrática, legal y constitucional", al referirse a la labor que realizarán policías y militares para apaciguar los ánimos exaltados.
En defensa de la democracia
A nombre del gobierno, convocó a todos los ciudadanos "a plegarse a esta defensa de la democracia boliviana y la unidad nacional". El titular de Defensa dijo por su lado que "los fascistas no pasarán" y aseguró que en la ciudad de Santa Cruz sólo actuaron unos "600 malandrines", frente al millón de habitantes de la localidad que -según él- se mantuvo al margen de los incidentes.
Si bien los incidentes subieron de tono, la autoridad descartó que el gobierno aplique un estado de sitio. Bolivia está sumida en una fuerte crisis política, por las irreconciliables visiones de país que impulsa el oficialismo de corte estatista e indigenista y la oposición que la rechaza y apoya, en cambio, la formación de gobiernos autónomos de cuño liberal.