Latinoamérica

El campo argentino se rebela de nuevo frente a las políticas de Kirchner

Agricultores argentinos lanzaron este viernes una nueva huelga de siete días sin venta de cereales ni ganado, en un endurecimiento del reclamo por la eliminación o baja del impuesto a las ventas externas de soja, principal cultivo de Argentina, una potencia alimentaria.

"Decidimos declarar desde las cero horas del sábado hasta las 24 horas del viernes 27 de marzo el cese de comercialización de cereales, oleaginosas y ganado gordo en pie para faena", afirmó el dirigente agrario, Mario Llambias, en rueda de prensa de la Mesa de Enlace, que nuclea a unos 250.000 productores. Llambías dijo que la medida de fuerza no frenará la venta ni el traslado de alimentos perecederos, como forma de evitar un eventual desabastecimiento.

El nuevo 'lock out' fue decidido en rechazo al sorpresivo anuncio el jueves de la presidenta Cristina Kirchner de repartir el 30% de la recaudación por derechos de exportaciones de soja con las provincias y municipios, lo que equivale a girar unos 1.800 millones de dólares anuales.

"El paro es por este nuevo agravio del Gobierno al productor argentino", dijo el dirigente rural Hugo Biolcati, acerca del decreto de Kirchner que estableció la división con las provincias de los tributos a la exportación de soja, que ocupa casi el 60% de la superficie sembrada del país.

Exportaciones argentinas

Argentina exporta anualmente materias primas agrícolas y productos agropecuarios por 35.000 millones de dólares, aunque este año se espera una baja de las ventas externas por la caída de precios y de la demanda mundial, como consecuencia de la crisis global.

El lanzamiento de la medida de fuerza tuvo lugar en una jornada en que centenares de productores se lanzaron a bloquer rutas, inclusive la carretera que permite la circulación de mercancías dentro del Mercosur, en un nuevo brote de la confrontación entre el Gobierno y sector agrario, exacerbada por la tensión política de un año electoral en el que se renovará parte del Congreso.

"No alentamos los cortes de ruta, lamentablemente son efectos no deseados", señaló Llambías, al ser consultado sobre un eventual recrudecimiento de las protestas en las carreteras, que este viernes generaron incidentes entre productores y camioneros que exigían el levantamiento de los piquetes.

Las medidas del Gobierno

La medida de Kirchner oxigena a los distritos, en momentos en que las economías regionales sienten la crisis global y necesitan imperiosamente dinero para afrontar crecientes déficits.

La mandataria hizo el anuncio poco después de que la oposición política fracasara el jueves en su intento de tratar en el Congreso un proyecto para reducir las tasas a las ventas externas de alimentos, a pedido del agro, pese a seguir en negociaciones con el gobierno.

El reclamo de la Mesa de Enlace tiene el respaldo de casi todo el arco opositor, pero el oficialismo cuenta con mayoría en el Congreso.

La renta de la soja

La distribución de la renta de la soja pretende además sofocar los reclamos de las patronales agropecuarias, que pusieron en jaque al Gobierno en 2008, pero que pueden perder el respaldo de gobernadores y alcaldes, que se beneficiarán con la medida.

"Es otra declaración de guerra contra el campo. Y en esta guerra el gobierno quiere sumar a su ejército de gobernadores" y alcaldes, señalaron en un comunicado los jefes opositores Elisa Carrió (liberal-cristiana) y Gerardo Morales (radical socialdemócrata).

Las ventas externas de soja, girasol, maíz, trigo y derivados agroindustriales le reportaron el año pasado al fisco ingresos por casi 8.000 millones de dólares, 12% de la recaudación total del Tesoro, que arrojó un superávit fiscal de 4,6% del PIB.

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