
Es probable que 2008 entre en los anales de nuestra historia contemporánea como uno de los años más negros para la economía mundial. Pero si es verdad que hay que sacar algunas conclusiones positivas de un año nefasto para la ética directiva, incluso de las situaciones límite, la mayoría estará de acuerdo en que ha marcado un antes y un después en las reglas del juego y ha obligado a las empresas, sobre todo a las pequeñas y las medianas, a agudizar su ingenio para afrontar un periodo duro.
¿Refundar el tan denostado capitalismo? Quizá no sea para tanto, pero lo cierto es que muchas cosas han cambiado y ya no pueden dar marcha atrás. 2008 ha sido un punto de inflexión.
Algunas empresas no sobrevivieron y es más que probable que se produzca alguna baja más, sin embargo está claro que ya nada será como antes y es por eso que el antiguo modelo empresarial que hasta ahora funcionaba supuestamente a la perfección debe ser revisado. Entre otras cosas, porque el mundo financiero va a cambiar y porque es preciso no sólo diversificar riesgos, sino apostar por la internacionalización de nuestros productos y tener en la innovación la herramienta necesaria para cambiar los objetivos empresariales.
Innovación
Innovación que, según el ultimo informe presentado por la fundación para la innovación tecnológica (Cotec) presentado a finales de 2008, es la llave que va a tirar del país y las pequeñas y medianas empresas españolas tienen que afianzarse en este cambio.
El año que comienza, 2009, debería ser la fecha en la que este relanzamiento se consolide y optimice los recursos de las pymes españolas, que suponen el 98 por ciento de nuestro tejido empresarial. Probablemente, esto no signifique sólo adquirir la más moderna tecnología, sino hacer un importante esfuerzo de imaginación. A veces, asuntos tan simples, en los que nunca se había reparado antes, como aprovechar mejor el espacio del almacén resultan cruciales para almacenar nuevas mercancías o para introducir nuevos productos.
Fusiones
Aparte de la innovación, es probable que haya pymes o micropymes que deban tomarse la medicina de la fusión si es que su objetivo es poder sobrevivir. Aspectos como pagar una sola sede e incluso reducir el personal, pueden ser salidas más que airosas para asegurar el futuro de estas pequeñas compañías.
De manera que existe la posibilidad de que, bien voluntariamente o a la fuerza, los empresarios tengan que hacer un esfuerzo durante el próximo año para abandonar su individualismo ancestral. A algunos, como opinan numerosos expertos, lo ocurrido durante 2008 incluso les va a venir bien para que sepan valorar lo mucho que cuesta mantener y consolidar una empresa.
El año pasado casi un centenar de empresas se fusionaron con otras, pero no es bueno tener tanta prisa en optar por este tipo de decisiones: tómese el tiempo que quiera porque para hacer este viaje es imprescindible encontrar el compañero adecuado. Los fallos al elegir salen muy caros.
Liquidez
Pero casi todo lo dicho hasta ahora no tendrá ninguna trascendencia si las pymes no consiguen algo de liquidez en sus arcas, y para ello es preciso que las entidades financieras colaboren. Parece que el Gobierno está por la labor, pero habrá que ver si este año el presidente Zapatero y el ministro Solbes, fundamentalmente, son capaces de incentivar la circulación del dinero necesario para que estas empresas puedan hacer frente a los pagos de sus proveedores y cumplir con los créditos pendientes, por poner sólo unos ejemplos.
Y, sobre todo, que se agilicen los pagos para que las ayudas no lleguen cuando ya no tenga remedio y haya que presentarse a concurso de acreedores. Si el Ejecutivo español no consigue imprimir esta rapidez tan necesaria, 2009 será un año todavía más difícil para afrontar lo que quede de crisis que, dicho sea de paso, nadie sabe con certeza hasta cuánto durará.
Equilibrio
Otro aspecto de interés que marcará la supervivencia e incluso el relanzamiento de la empresa es aquilatar muy bien tanto los ingresos como los gastos, y equilibrar las necesidades de personal. Es preciso aprender de la experiencia de las empresas más jóvenes a la hora de ajustar las plantillas para, sin perder ninguna calidad en el producto o servicio ofrecido, conseguir que la compañía sea competitiva en un escenario donde ser predecibles y contar con el valor del talento, van a ser fundamentales.
Por otro lado, es bastante probable que asistamos a la consolidación definitiva de la responsabilidad social corporativa a la que deberían ir incorporándose cada vez más empresas para producir de una manera sostenible y para buscar nuevos incentivos para los trabajadores más allá del que supone el sueldo puro y duro.
Competitividad
La empresa que quiera salir adelante no tendrá más remedio que ser competitiva en todos los aspectos, incluso mirando hacia otros mercados lejos de España que ofrezcan nuevas oportunidades de negocio. Porque es de esperar que en el próximo 2009 el libre comercio sea ya una realidad sin cortapisas. De hecho, hoy por hoy, la internacionalización ha dejado de ser sólo una alternativa para convertirse en una absoluta necesidad, tanto para las grandes como para las pequeñas empresas.