Emprender es como un incesante volver a empezar. Aún así, la tendencia universal es tirar para adelante, o como decía Aníbal: "Encontraremos un camino y, si no, lo crearemos".El plan Pipe está concebido para estimular el desarrollo comercial en el exterior. Un programa de seguimiento para no perder el norte en la exportación. Las ayudas que se ofrecen cubren la mitad de todos los gastos.
Esta actitud junto con la bonanza estructural o coyuntural puede lanzar a una empresa muy lejos, y más ahora que la globalización es nuestro pan de cada día. Pero abrirse camino en territorio desconocido y en ocasiones hostil no es sino una dura prueba que pone en solfa a los espíritus emprendedores menos curtidos.
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El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a través de su organismo dependiente, el Instituto español de Comercio Exterior, Icex, pone al servicio de aquellos que quieran expandirse el Plan de Iniciación a la Promoción Exterior, más conocido por sus siglas Pipe.
Este plan está concebido con la idea de estimular el desarrollo comercial de las pymes españolas a través de la exportación. El programa de ámbito estatal cuenta con la participación del Consejo Superior de Cámaras y con la ayuda de los fondos europeos Feder, hecho que garantiza la puesta en práctica del plan Pipe.
A disposición de las empresas
Para que una pyme pueda tener acceso a las ayudas que ofrece este plan de iniciación y promoción es necesario, dejando de lado su perfil comercial, que no es relevante, que esté considerada, según los criterios de la Unión Europea, como una compañía que disponga de productos y servicios propios y que presente una destacada iniciativa de internacionalización, bien para conocer las posibilidades que estos mercados pueden ofrecerle o bien por otros motivos. Un proceso integral y continuo que acompaña a la empresa durante los primeros años, una colaboración con profesionales externos y un amplio rango de servicios son las cualidades que trata de explotar este programa de ayuda en el exterior.
Estrategia
Las líneas de actuación que guían la puesta en marcha de este plan polietápico y que dirigen el negocio se resumen principalmente en tres puntos. En primer lugar se ayuda a profundizar en temas que el día a día impide analizar. Para ello se realiza un diagnóstico que define la posición competitiva de la empresa y que mide su capacidad de internacionalización.
Después de esta primera fase se logra alcanzar una estrategia definida, una planificación de la actuación a la que atenerse y que dé sentido a los primeros pasos en el caminar multicultural. Se trata de obtener la mayor y mejor información de dónde se va a exportar, las vías de acceso a este mercado, estrategias recomendables y un plan de organización y recursos.
Por último, está la puesta en marcha del plan que se ha desarrollado. Es importante tener presente que el proceso de internacionalización debe implicar a toda la empresa y no hay que dejar nada a la improvisación. En esta tercera etapa del plan, el programa Pipe dispone de un soporte económico para todos los gastos inherentes que se deriven del comienzo de la actividad exportadora.
El programa brinda un apoyo económico del 80 por ciento del coste total de estas tres fases descritas anteriormente.