Tener una idea, ya sea buena o menos buena, y tratar de ponerla en práctica con resolución y solvencia frente a las adversidades, es lo que define a una persona emprendedora. No es tarea fácil. Es sencillo plantearse bajar al supermercado y hacerlo antes de que cierre, pero no lo es tanto remangarse la camisa, apretarse los machos y asumir el riesgo de crear tu propia empresa.
Cuando se reúne el valor suficiente para hacer esto, la persona emprendedora abre una puerta sin saber, la mayoría de las veces, lo que le espera al otro lado.
Se plantean muchas dudas y necesidades difíciles de cubrir. ¿Qué tengo que hacer? ¿Por dónde empiezo? ¿De dónde saco el dinero para todo ello? ¿Lo conseguiré o es imposible? Existen ayudas que el Gobierno concede a través de organismos como el ICO (Instituto de Credito Oficial) o el Instituto de la Mujer, y también otras que proceden de entidades privadas. Las claves probablemente sean financiación e información.
La Caixa ha abierto una pequeña ventana con su programa Emprendedor XXI, tratando de hacer más transitable el camino hacia el éxito en sus primeras etapas.
Pymes que precisan ayuda
La idea de un proyecto de estas características tiene su origen en una serie de antecedentes puestos de manifiesto en los últimos años, y que han destapado carencias que nos sitúan en una posición de inferioridad con respecto a otros países del continente. La Unión Europea coloca a España el marchamo de país donde la microempresa es la pyme predominante y donde además, el crecimiento de éstas es lento o inexistente.
Esto está motivado principalmente por diferencias culturales con otros países como Inglaterra, donde se teme menos el hecho de asumir riesgos, o por las carencias que se encuentran en proyectos innovadores y que son conducidas por la falta de habilidad en la gestión empresarial, sobre todo en campos vitales para el correcto desarrollo del proyecto.
Esfuerzo de la Administración
A todo lo anterior se le añade, pese a que durante los últimos años las Administraciones Públicas y las universidades han hecho un intenso esfuerzo por fomentar la creación de empresas, la escasez de herramientas suficientes de finan- ciación, resultando muy escaso el éxito de compañías españolas innovadoras.
El objetivo del programa Emprendedor XXI es aliviar esas desventajas tratando de medir la dificultad real por la que atraviesa una idea desde que surge hasta que se lleva a cabo, generando unas líneas de actuación que faciliten, en la medida de lo posible, las cosas a los nuevos emprendedores. La sensibilización, la formación y unos nuevos instrumentos de financiación y de acompañamiento son la punta de lanza de Emprendedor XXI.
Capital de riesgo
Para apoyar económicamente a las nuevas empresas que traten de abrirse camino, la Caixa y su gestora de capital riesgo, Caixa Capital Risc, han puesto en marcha dos sociedades que gestionan las ayudas financieras emitidas.
Caixa Capital Semilla y Caixa Capital Pyme Innovación intentan desmarcarse de la cobertura tradicional que ofrecen las entidades financieras en términos de capital riesgo y subvencionan, atendiendo a las necesidades de cada proyecto, las primeras etapas de desarrollo de las empresas innovadoras, y ofrecen un asesoramiento sobre la marcha en relación a la fase de crecimiento en la que se encuentren.
Entre otros objetivos, se pretende favorecer la creación de lo que se conoce comúnmente como empresas gacela, aquellas con un alto grado de innovación y que tienden a generar riqueza y a impulsar la competitividad en el conjunto de la economía.