
Para romper el hielo en una charla hace un par de semanas preguntaba a una audiencia, mayoritariamente compuesta por directivos de grandes y medianas empresas, cuántos habían oído hablar de ESG antes de 2019. La respuesta fue menos del 30%.
Es innegable el avance de las empresas españolas en su viaje hacia el impacto empresarial en los últimos dos o tres años, pero no es menos cierto que muchas compañías siguen viendo más un ejercicio anual de reporte obligatorio que una oportunidad o una ventaja competitiva para su negocio.
Una buena prueba del algodón para validar la importancia de los aspectos ESG en una empresa es comprobar si los comités de dirección y los consejos de administración tienen un cuadro de mandos integrado de sostenibilidad o ESG, y saber cuáles son los criterios para su configuración.
Un buen cuadro de mandos ESG debe partir de un análisis de materialidad riguroso y no puede fijarse únicamente en aspectos de transición energética, ni sólo en aspectos medioambientales, aunque sean los más fáciles de medir. Hoy en día ya tenemos herramientas a nuestra disposición que permiten profundizar en aspectos materiales por sector, por ODS relevantes, con el foco adecuado en aspectos sociales, y por grupos de interés prioritarios.
Un buen cuadro de mandos ESG no puede fijarse únicamente en aspectos de transición energética y medioambientales, aunque sean los más fáciles de medir
Sólo desde un cuadro de mandos integrado se pueden incorporar objetivos de sostenibilidad para el comité de dirección, monitorizarlos como equipo y poder vincularlos a su retribución variable con coherencia. Si no es así estamos haciendo un paripé para cubrir el expediente, y con la transparencia actual es tremendamente fácil y rápido distinguir quién se toma esto en serio y quién lo hace más por quedar bien.
Sin un cuadro de mandos es muy complicado tener una gobernanza de la sostenibilidad sólida y rigurosa. El trabajo de las comisiones de sostenibilidad dependientes de los comités de dirección o de los consejos necesitan una herramienta así para avanzar.
Una de las personas a las que más puede interesar tener un cuadro de mandos ESG integrado en un comité de dirección es al director financiero. La financiación ligada a objetivos de sostenibilidad ya es una realidad y va mucho más allá de los bonos verdes. Los Sustainble Linked Loans avanzan rápidamente y queda poco para que hasta los créditos para el circulante tengan condiciones ventajosas en función de objetivos ESG.
El cuadro de mandos puede ayudar a mitigar las inesperadas calificaciones negativas por parte de las agencias de ratings y benchmarks evitando erosionar no sólo la reputación de la compañía sino también su valoración de mercado y el coste de su financiación.
Construir una cultura de sostenibilidad e impacto empresarial necesita de un cuadro de mandos útil que se vaya actualizando a medida que la empresa avanza y forme parte del core de las decisiones de la compañía.
En aspectos ESG y de sostenibilidad un buen cuadro de mandos no engaña.