La regla número 1 de cualquier plan de pensiones es batir al IPC. Sin embargo, eso no quiere decir que a largo plazo, que es el periodo en el que siempre hay que analizar este producto, lo hagan. Conozca qué productos cumplen con su objetivo.
Así como el objetivo de cualquier fondo de inversión que se precie es siempre batir a su competencia o índice de referencia, el leitmotiv de un plan de pensiones es superar al IPC. De otra manera el inversor, no sólo no ganaría dinero sino que perdería poder adquisitivo. Pues bien, este must de estos productos de ahorro no se cumple en todos los casos. De hecho, según los datos de Morningstar, de los casi 600 planes de pensiones españoles que se comercializan en España con más de 10 años de antigüedad, sólo consiguen batir a la inflación (en tasa anualizada es del 2,85 por ciento en los últimos diez años, según los datos del INE) el 23 por ciento de ellos.
La primera conclusión que uno saca cuando analiza los nombres y apellidos de estos planes de pensiones que sí baten a la inflación es que para conseguir batir al IPC no vale con ser conservador: hay que invertir al menos algo del capital en bolsa. De hecho, sólo cuatro planes de pensiones de renta fija de los más de 200 que existen consiguen el objetivo de superar en diez años con su rentabilidad el coste de vida, frente a los 43 de bolsa o los 61 mixtos que lo logran. ¿Quiénes son los afortunados? Arquiplan Inversión, Naranja RF Europea, Barclays Pension Empleados y Deutsche DBZ Previsión Cupón. De todos, sólo los dos primeros cuentan con una calificación de cinco estrellas por parte de Morningstar. Además, ambos han conseguido rentabilidades anualizadas en la última década del 3 por ciento a pesar de las elevadas comisiones de soportan, del 0,75 por ciento y 0,99 por ciento respectivamente, algo altos tratándose de fondos de renta fija.
Quizá por ello, aunque en la foto final sí hayan batido al IPC, no lo han hecho año tras año. De hecho, mientras que el fondo de Arquiplan lo ha logrado en cuatro de los diez últimos años, el de Barclays lo ha conseguido en 6 de los últimos diez años.
Lo mismo sucede con el resto de planes de pensiones, donde no hay ninguno que haya ganado año a año al IPC. En todo caso, hay algunos que han multiplicado por 3 o por 4 a la inflación en la última década. Es el caso, por ejemplo, de Bestinver Ahorro o de Plancaixa Privada Bolsa emergente, ambos también con la calificación de cinco estrellas por parte de Morningstar. Los dos superan la rentabilidad anualizada del 8 por ciento, frente al 2,85 por ciento de la inflación en tasa anualizada. El primero de ellos es quizá el plan de pensiones estrella de Bestinver y sigue la estrategia de su fondo de inversión Bestinver Bolsa. De hecho, en la actualidad invierte tanto en renta fija como deuda alemana como en renta variable, con compañías como BMW o Exor ocupando sus principales posiciones. En cuanto al fondo de Invercaixa, es uno de los pocos del mercado español que invierte su patrimonio en mercados emergentes. En concreto lo hace a través de fondos y en la actualidad son las participaciones en Templeton Asia Growth, Fidelity South East Asia y JPM Emerging Markets las que ocupan las principales posiciones de su cartera. Una cartera que si bien este año le está acarreando pérdidas del 9 por ciento, le ha permitido ser el plan de pensiones que más años ha batido al IPC ya que lo ha hecho en ocho de los últimos diez años.
¿Qué estudiar antes de contratar un plan de pensiones?
La rentabilidad pasada puede ser una buena guía para decidir decantarse por uno u otro plan de pensiones pero no es la única variable a analizar. Sobre todo teniendo en cuenta que una frase que se repite en todos los folletos -y se cumple en muchos casos- es que "rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras". Pero ¿qué más debe tener en cuenta el inversor?
Lo primero es el riesgo que se quiera asumir. "Entre los principales factores que se deben tener en cuenta a la hora de plantearse la inversión en planes de pensiones, está la edad del inversor en cuestión y su capacidad para asumir riesgos. A priori, un inversor con un horizonte de jubilación de 15 ó 20 años se puede plantear asumir mayores riesgos en busca de una rentabilidad mayor que aquél que se encuentra próximo a finalizar su vida laboral", afirma Paula Mercado, directora de análisis de VDOS. Sin embargo, aunque esta ha sido la regla general hasta ahora, lo cierto es que no son pocos los expertos que, ante el aumento de la esperanza de vida y el retraso en la edad de jubilación, recomiendan asumir riesgo aún pasados los 50 años. No en vano, alguien a esa edad aún tiene una esperanza de vida de más de 30 años.
Lo segundo sería calcular cuánto se debe ahorrar para conseguir el patrimonio deseado cuando llegue la jubilación. A este respecto hay varias gestoras y aseguradoras que ofrecen aplicaciones (apps) para calcular lo que debería ahorrar una persona en función de su edad, su perfil de riesgo y teniendo o no en cuenta que vaya a recibir una pensión pública. Por ejemplo, según la aplicación de ING Direct, una persona de 35 años que comenzase a ahorrar ahora, tuviera 10 años cotizados cobrara un sueldo bruto de 30.000 euros y se jubilara a los 70 debería ahorrar al año sólo 120 euros para mantener a su jubilación el 85 por ciento de su sueldo. Pero, claro, este cálculo es teniendo en cuenta que recibirá pensión pública según la que ahora hay vigente y según asegura Carlos Navarro, asesor fundador de EFPA, "la pensión pública tiende a disminuir porque hoy en día cubre mucho". Si no fuese a recibir pensión pública alguna, su ahorro anual ascendería a los 4.220 euros, más de 300 euros al mes. Una cifra muy elevada teniendo en cuenta que según los datos de Affinitas de Axesor Marketing Intelligence, el 49 por ciento de los españoles afirma que su núcleo familiar no tiene ninguna capacidad de ahorro.
Y la tercera clave no es otra que las comisiones. "Nunca hay que dejarse llevar por los regalos porque muchos planes utilizan este gancho para crear clientes cautivos. En lo que uno debe fijarse es en las comisión de gestión y depositaría porque repercuten mucho en la rentabilidad y lo normal es que los planes de bolsa soporten gastos más altos que los de renta fija", afirma Carlos Navarro. Según un reciente informe de Inverco, la comisión de los planes de pensiones es del 0,80 por ciento. Una cifra que a priori podría ser muy competitiva pero que tiene truco ya que en esa media se incluyen tanto los planes de pensiones de empresa -cuyas comisiones son mínimas- como los individuales. De hecho, estos últimos, que son los que el cliente acaba contratando con el banco, tienen una comisión media del 1,37 por ciento, cifra muy superior al 0,97 por ciento que de media cobran los fondos de inversión por este concepto.
Quizá, por tanto, no sea casualidad que los siete planes que registran pérdidas anualizadas a 10 años cobre en concepto de gestión comisiones superiores al 1 por ciento pese a invertir solo uno de ellos en bolsa.
¿Hay otras opciones?
La principal razón por la que un ahorrador opta por el plan de pensiones como instrumento de ahorro para la jubilación no está ni en las rentabilidades ni en las comisiones, sino que obedece más a criterios fiscales. A este respecto hay que recordar que las aportaciones a planes de pensiones están exentas de tributación -hasta 10.000 euros para los menores de 50 y hasta 12.500 euros para los que superen esa edad- y que los rescates si se obtienen en forma de capital y afectan a planes contratados antes de 2007 cuentan con una deducción fiscal del 40 por ciento. Por no mencionar que los traspasos entre planes de pensiones están exentos de tributación. Pero lo cierto es que este producto no es el único que cuenta con ventajas fiscales.
Los Pias (Planes de Inversión de Ahorro Individual) también cuentan con ventajas fiscales de lo más atractivas. Por ejemplo, a diferencia de los planes de pensiones, los rendimientos generados durante la etapa de ahorro están exentos de tributación en un gran porcentaje en función de la edad con la condición de que el rescate del mismo se realice al menos diez años después de haber sido contratado. Además, otra gran ventaja que ofrecen en estos tiempos de crisis es que permite rescates en cualquier momento, mientras que en los planes de pensiones sólo se puede rescatar el dinero en caso de desempleo prolongado, enfermedad grave, jubilación y ahora también para evitar un desahucio. El gran contra de este producto es que las aportaciones no están exentas de tributación.
Sí cuentan con esa ventaja fiscal los Planes de Previsión de Ahorro Asegurado (PPAS). Estos vehículos no sólo garantizan el capital invertido sino que además también aseguran una rentabilidad anual ligada a los intereses de la deuda pública española. Un plus de seguridad que cada vez es tenido más en cuenta por los que buscan complementar su pensión pública. De hecho, según los datos de Unespa, el patrimonio gestionado por estos productos creció un 25 por ciento en el primer trimestre, hasta rozar los 11.500 millones de euros. Además, los PPAS tienen las mismas ventajas fiscales que los planes de pensiones: exención en las aportaciones, traspasos exentos de tributación y 40 por ciento de deducción en el rescate en forma de capital para los productos contratados antes de 2007.
No es el caso de otros productos que piden cada vez más paso en las ofertas de aseguradores. Se trata de los llamados unit link, una especie de seguros de vida cuyas primas se invierten en fondos de inversión o cestas de acciones normalmente seleccionadas por el cliente. El pero de estos productos está en sus elevadas comisiones -se paga una por el seguro y otra por gestión- y su tratamiento fiscal, ya que las aportaciones no están exentas del ojo de Hacienda. Eso sí, el rescate de estos seguros tributa como rendimiento del capital mobiliario y no como rendimiento de trabajo, lo que supone contar con unos tipos impositivos más atractivos.