
La inmensa cordillera de los Andes, que separa Chile de Argentina, no es tan infranqueable como se antoja, al menos en los meses de verano. A diferencia de lo que piensa la mayoría, existen hasta 26 pasos fronterizos que atraviesan la cordillera, la mayoría de ellos entre Argentina y Chile. Ambos países comparten la frontera terrestre más larga de Latinoamérica, de 5.308 kilómetros, que es también la tercera más extensa del mundo gtras las que hay entre Canada y Estados Unidos y entre Rusia y Kazajistán.
Entre los pasos fronterizos andinos, destaca sobre todo el Paso Internacional Cristo Redentor, también conocido como Túnel del Cristo Redentor o Paso Internacional de Los Libertadores, situado a una altitud media de 3.209 metros sobre el nivel del mar y que une la provincia argentina de Mendoza y la región chilena de Valparaíso. El nombre oficial es Los Libertadores, aunque hay una estatua del Cristo Redentor justo en la línea fronteriza, a casi 4.000 metros de altura, que ha popularizado ese otro nombre.

Este paso constituye la principal ruta para atravesar los Andes, la de mayor flujo de personas, vehículos y transportes de carga, además también de la principal conexión terrestre entre Chile y Mercosur. A diferencia de otros pasos fronterizos, el del Cristo Redentor permite el tránsito de vehículos pesados. Mercosur lo integran Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela (suspendida desde agosto de 2017) y Bolivia desde el pasado mes de diciembre, mientras que son estados asociados Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
En el lado argentino del paso de Los Libertadores, la carretera se va inclinando levemente hasta alcanzar la entrada del túnel a 3.500 metros de altura, mientras que en el chileno la pendiente se ha salvado con una mareante carretera repleta de curvas.

Esta ruta entre Chile y Argentina data antes de la llegada de los españoles a América, aunque por entonces era muy precaria y peligrosa. De hecho, el paso lo utilizaban los diaguitas y los mapuche para atravesar la cordillera, aunque se revitalizó en los tiempos de la independencia de ambos países, a principios del siglo XIX. Por allí cruzó el Ejército Liberador en 1817 a través de un camino rústico que era una arriesgada aventura recorrer.
En la actualidad, este paso incluye un túnel de 3,08 kilómetros a una altura media de 3.175 metros. La instalación fue inaugurada en 1980 y es la principal ruta terrestre entre Chile y Argentina, aunque no puede utilizarse durante todo el año. Durante los meses de invierno, el túnel permanece cerrado debido a las inclemencias meteorológicas, a la gran acumulación de nieve y a los constantes derrumbes.

Obra de ACS
En los años 90, en este paso fronterizo, que es el más utilizado de los Andes, comenzaron a darse constantes congestiones debido a las escasas instalaciones en el lugar para gestionar el tránsito, que llevaron a que Chile y Argentina perdieran hasta 1,5 millones de dólares en concepto de turismo y transporte.
Por ello, en 2016, la concesionaria Nuevo Complejo Fronterizo Los Libertadores S. A., perteneciente al grupo español ACS, que preside Florentino Pérez, Inició la construcción de un nuevo complejo fronterizo, con una inversión de 84 millones de dólares. Se ubica en un terreno de tres hectáreas situado a 300 metros del recinto anterior, en el denominado Llano de La Calavera, en el lado chileno de la frontera, que está a 68 kilómetros de la ciudad de Los Andes, en la región de Valparaíso.

Allí se levantó una nueva estructura de más de 30.000 metros cuadrados destinada al control de vehículos que incluye estacionamientos, baños, un sistema de extracción de basura y alojamientos para funcionarios, además de una subcomisaría de Carabineros. Las obras iban a concluirse en mayo de 2019 y conllevaban una concesión de 12 años, aunque ACS, que alcanzó el contrato en 2015, logró terminar las obras con seis meses de antelación a través de Dragados.
Esta instalación andina, compuesta por una estructura laminada de madera, fue construida con el reto de tener que soportar sobrecargas de nieve de hasta 1,4 toneladas y temperaturas de hasta 15 grados bajo cero. Las nuevas instalaciones levantadas por ACS en tiempo récord redujeron las esperas, de hasta seis horas para atravesar la frontera, y mejoraron notablemente el control migratorio de personas y mercancias, ya que por este paso, según el Ministerio de Obras Públicas chileno, cruzan cada año más de 1,5 millones de personas y unos 4,3 millones de toneladas de mercancías.

Los otros pasos andinos
De los 26 pasos existentes para atravesar los Andes, únicamente 9 están formalmente habilitados y 4 de ellos no tienen ningún tipo de pavimentación. Los pasos fronterizos son una prioridad tanto para Argentina como para Chile desde que en 1996 acordaran revitalizar las conexiones andinas entre ambos países.
Solo 9 de los 26 pasos fronterizos entre Chile y Argentina están completamente pavimentados y 4 de ellos no tienen ningún tipo de pavimentación.

En 1996, los gobiernos de Chile y Argentina acordaron dar prioridad a la inversión en obras de pasos, concretamente en 13 pasos de carreteras que han de recibir prefefencia presupuestaria.
Si bien el paso de mayor tráfico de personas y mercancias es el de Los Libertadores o Cristo Redentor, se ha tratado de dar especial relevancia a otro paso, el de Agua Negra, para que alivie en parte la frecuencia del paso principal. Para este paso se propuso la construcción de dos túneles semiparalelos, el de Juan Pablo II, situado a 20 kilómetros del ya existente, a una altitud de 2.250 metros de altitud y con un recorrido total de 27,2 kilómetros entre las localidades de Los Horcones, en Argentina; y El Juncal, en Chile. El otro túnel , llamado Paso de Las Leñas, que está a 2.040 metros de altura, tiene 13 kilómetros de largo entre las localidades de Machalí, en Chile, y El Sosneado, en Argentina.

Agua Negra, la otra gran apuesta
El estratégico Paso de Agua Negra, que era una antigua ruta para el ganado y complementa al de Los Libertadores, fue considerado como de alta prioridad de inversión ya en 1998. Allí se planteó ejecutar dos túneles, uno para cada sentido de circulación, con calzadas de 7,50 metros de ancho y espacios laterales para peatones y servicios, además de galerías peatonales de conexión entre túneles.
Se plantearon 9 años para su construcción y en 2019 el Gobierno de Chile advirtió que el costo podría duplicar o triplicar los 1500 millones de dólares que se calcularon inicialmente y el proyecto quedó en el aire. De hecho, en 2022 aún continuaba en suspense.

No fue hasta el pasado 22 de noviembre de 2024 cuando se habilitó el Paso de Agua Negra, que opera de 7:00 a 17:00 desde Argentina y de 7:00 a 21:00 desde Chile.
Este paso, que está llamado a ser mucho más importante de lo que es actualmente, fue utilizado en 2023 por más de 40.000 personas, con un pico de 6.000 viajeros durante la Semana Santa, muy lejos de las abultadas cifras del Paso del Cristo Redentor.