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Merrill Lynch puso ayer su granito de arena en el debate sobre el futuro de la economía y de los tipos de interés en EEUU y Europa. La entidad asegura que estamos ante una gran oportunidad de inversión, especialmente en Europa, donde prevé mayor crecimiento económico que en EEUU.
Este granito va para la montaña del escenario de la Fed (desaceleración moderada de la economía), lo que haría que el próximo movimiento de Bernanke no sea una nueva subida de tipos, sino la primera bajada.
Según Gavin Corr, gestor de Merrill Lynch Investment Managers European Fund (MLIIF) la sensibilidad del consumo de EEUU a los tipos de interés hace sensato suponer que cuando la Fed considere que el endurecimiento de la política monetaria es suficiente, pueda estabilizar la economía iniciando un ciclo de bajadas de tipos. Me parece verosímil que el próximo movimiento de los tipos de interés de EEUU sea a la baja, añade.
A su juicio, el mercado se ha embarcado en una de sus obsesiones periódicas con el deterioro macroeconómico, pero esta obsesión resulta infundada, ya que confía en que la desaceleración de EEUU sea compensada por un sólido crecimiento en otras regiones (especialmente en Europa). Lo cual ofrece una gran oportunidad de inversión con elevadas ganancias potenciales, según Corr, cuando el mercado se dé cuenta de que las perspectivas son más brillantes de lo que opina el consenso.
Precisamente por ese mayor crecimiento que espera en Europa respecto a EEUU, MLIIF prefiere Europa a EEUU para aprovechar esta oportunidad. A las perspectivas de la economía se suman otros elementos que llevan años alimentando las subidas de los mercados de nuestro continente: valoración atractiva, reestructuración empresarial, oleada de consolidación en todos los sectores, cuidado del accionista mediante dividendos y devoluciones de capital, control de costes y elevado retorno del capital.
La conclusión de MLIIF para Europa es que todos estos elementos no han logrado hasta ahora que los índices europeos despeguen por la aversión al riesgo de unos inversores que no quieren escuchar el mensaje subyacente positivo. Por tanto, en cuanto esta aversión disminuya, la subida puede ser muy importante.