Indices Mundiales

Mejor no estar en bolsa, que perder dinero

Seguimos más que nunca en lateral y la inestabilidad del mercado refleja una ecuación de riesgos francamente peligrosa, que no se puede ignorar. Sigue la pauta lateral del mercado, pero con riesgo de darse un paseo por los mínimos de mayo.

Desde principios de junio, Bolságora llama la atención con regularidad sobre los peligros de un mercado lateral, es decir un mercado inestable, sin tendencia definitiva, que alterna correcciones violentas con falsas señales de recuperación. Un comportamiento semejante de la renta variable constituye una verdadera máquina para 'acabar'con el inversor de corto plazo que intenta sacarle partido a la volatilidad de los precios.

Tampoco ayuda mucho al inversor en tendencia, frustrado por la incapacidad del mercado de reanudar con la tendencia anterior, los precios bursátiles al alza, o por la falta de confirmación de pautas técnicas que apoyen la idea de un cambio de tendencia dominante, de alcista a bajista en lo que nos afecta.

Si tenemos en cuenta además que las dudas de los analistas se acumulan hasta el punto de hacer volar en pedazos el consenso del mercado para los 6-18 próximos meses, se entenderá que la única respuesta lógica del inversor se define en una sola palabra: descanso. El mercado tiene periodos en los que la decisión de no operar es la que debe imponerse

¿Quiere esto decir que no hemos aprendido nada de las últimas semanas? Nada de eso. Hemos observado la fibra alcista de las bolsas europeas que han logrado superar una zona de resistencias importantes, antes de fracasar en su tentativa de volver a lo más alto del año. Esto ha sido, al menos hasta la fecha, un comportamiento alentador para los alcistas.

Es un gran contraste con las bolsas americanas que han fracasado varias veces en su tentativa de superar los niveles correspondientes a las resistencias mencionadas en el caso de Europa. Es más, dos de los índices de referencia en Wall Street, el Dow Transportes y el Nasdaq muestran una debilidad en tendencia poco compatible con la idea de una subida del conjunto de la renta variable.

Hasta ahora, le dábamos la ventaja a Europa; se trataba de mantener una visión alcista pero prudente y esperar tranquilamente a que Wall Street se uniera al tren europeo, antes de volver a comprar acciones. Pero el comportamiento de Wall Street antes y después de la reunión de la Fed nos genera dudas. Los fallos alcistas se acumulan y sabemos que un fallo alcista es potencialmente bajista

Más llamativo aún resulta la recuperación de los bonos y la baja de los tipos a largo: nos recuerda que parece ganar terreno la idea de una recesión en EEUU en 2007. Todavía no disponemos de previsiones que apoyen esta tesis pero la palabra recesión ya está apareciendo en el léxico utilizado por los analistas americanos.

La inestabilidad de Wall Street podría ser el preludio a una nueva ola de corrección que nos devolvería a los mínimos observados en mayo. Sólo es un riesgo, pero ya no podemos ignorarlo. Seguimos pues más que nunca en lateral.

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