Indices Mundiales

¿Es bueno para la economía global que Italia haya ganado el Mundial de Fútbol?

Aunque no ayude mucho a los franceses, el banco holandés ABN Amro consideraba en un informe de marzo que la victoria italiana en el Mundial era el mejor resultado posible para la economía global.

Según su estudio, la victoria añadirá entre 0,10 y 0,15 puntos al crecimiento del PIB italiano en 2006, debido a que el aumento de confianza se trasladará a un mayor consumo e inversión.

El banco ha estudiado los precedentes y concluye que el crecimiento de la economía del campeón mundial supera el del subcampeón, con un bonus de crecimiento adicional del 0,7% respecto al año anterior. Por el contrario, el finalista –en este caso Francia– suele sufrir una pérdida del crecimiento del 0,3% respecto al PIB del año anterior.

No obstante, desde 1970 ha habido dos grandes excepciones a esta regla favorable al vencedor, según los autores del informe. En 1974 y 1978, las economías alemana y argentina, respectivamente, experimentaron fuertes caídas (una profunda recesión en el caso argentino) después de que ambos países ganaran el Mundial que se celebraba en su país.

Si hablamos de mercados, las bolsas de los países campeones lo han hecho mejor que el resto el año del triunfo: la diferencia positiva media para el ganador ha sido del 10%. Y no sólo eso, sino que la bolsa del finalista ha registrado un peor comportamiento como media del 25%. Por ejemplo, la bolsa brasileña ha ganado el 260% desde la victoria de 2002, mientras que el mercado del subcampeón, Alemania, ha subido un modesto 51%.

Pero, ¿por qué la victoria italiana es buena para la economía mundial? En primer lugar, porque es bueno para Europa, la región más rezagada en cuanto a crecimiento si la comparamos con Asia, Latinoamérica y EEUU. Desde el punto de vista norteamericano, una mayor fortaleza europea ayudará a reducir su déficit exterior sin grandes perjuicios para su economía, y además mantendrá su crecimiento vía exportaciones cuando la demanda interna flaquee.

Dentro de Europa, Italia era el mejor ganador posible porque su economía sigue siendo el enfermo de Europa. En 2005, su PIB sólo creció el 0,1%. “Una victoria italiana dispararía la confianza de consumidores y productores, lo que conduciría a mayor gasto e inversión. Además, la marca ‘Made in Italy’ lograría más ventas en el exterior. Todos ello podría acelerar el crecimiento y dar al Gobierno la capacidad para introducir las reformas necesarias”, decía ABN Amro en marzo.

De todas formas, no se tomen demasiado en serio esta especie de determinismo psicológico por el que una victoria en el fútbol da lugar a una serie de conductas. Y tómense más en serio la capacidad de los italianos para no hacer reformas por mucho que les hagan falta.

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