A primera vista, la caída del precio del petróleo es una gran noticia para la eurozona. La renta disponible de los agentes económicos del área monetaria se puede ver beneficiada por la reducción del coste de la energía. Pero no es tan sencillo como parece: Draghi y el Consejo de Gobierno del BCE se reunirán para analizar la situación y sus posibles consecuencias.
Según publica el portal financiero Bloomberg, la caída del precio del petróleo puede ser o una bendición o una maldición para la eurozona. El presidente del BCE se reunirá con los 24 miembros del Consejo de Gobierno para analizar cómo puede afectar la caída de los precios del petróleo a las expectativas de inflación.
Algunos miembros ya se han manifestado y han dejado entrever su posición ante este nuevo contexto. Por ejemplo, el presidente del Bundesbank ya se ha pronunciado: "Se producirá un efecto estimulante en la economía gracias a los nuevos precios energético, es como un mini-paquete de estímulos" aseguró Weidmann.
En Bloomberg no han dudado en señalara que estas palabras son un mensaje al BCE, sugiriendo que no son necesarias más medidas de estímulo en la eurozona.
Las 'palomas' del BCE
En el lado opuesto se encuentran Peter Praet, miembro ejecutivo del Consejo del BCE, y el propio Mario Draghi, que ven como algo peligroso esta caída de precios del petróleo, ya que puede provocar un 'shock' en los precios y afectar a una economía débil como la de la eurozona.
Holger Sante, analista jefe para Europa de Nordea Markets, cree que el impacto sobre la economía europea será positivo, pero ello no debe ser impedimento para que el BCE prosiga su actuación expansiva.
Los miedos de Draghi residen en el proceso de desinflación que vive la eurozona, una espiral que puede verse incrementada con la actual caída de precios del petróleo, posponiendo las decisiones de compra de los agentes económicos y provocando una caída en el consumo y la inversión.
Con esta argumentación, Praet asegura que por eso es necesario que la política monetaria debe ser la encarga de promover un estímulo adicional para evitar "que los precios se estanquen de forma prolongada".
De este modo, lo que parece algo muy positivo para una economía dependiente del crudo, en la eurozona puede convertirse en un gran problema, ante la preocupante moderación de precios.