
La presión de una economía que pierde constantes vitales cada semana, y el desgarro político y social en gran parte de los socios europeos, ha sido el mejor aliado para que Jean Claude Juncker encare hoy con garantías la aprobación de su nuevo colegio de comisarios en el pleno del Parlamento Europeo.
El líder de los socialistas europeos, Gianni Pittella, lanzó a su grupo a última hora un alegato a favor del apoyo al candidato del Partido Popular Europeo, para que la nueva Comisión Juncker pueda poner en marcha cuanto antes el gran paquete de inversión de 300.000 millones de euros, que precisamente los socialistas colaron entre las prioridades de Juncker a cambio de su voto.
Sin embargo, como explicó la socialista Pervenche Béres, muchos progresistas esperan más claridad hoy durante el debate previo al voto, sobre todo respecto a la aportación de nuevos recursos al paquete prometido. "Muchos decidirán su voto en función de las respuestas que dé Juncker", dijo a elEconomista al salir de la reunión.
Con este respaldo a la nueva Comisión, los socialistas cumplirán el acuerdo de legislatura, con el que se repartieron con el PPE los altos puestos en las instituciones comunitarias, y acordaron la creación de un paquete de inversión para relanzar el crecimiento. Según explicó Béres, un voto en contra no sólo torpedearía el paquete de inversión, tan querido por su grupo, sino que también complicaría el trabajo del socialista francés, Pierre Moscovici, quien estará al frente de la poderosa cartera de Economía.
La llamada a filas de Pittella surgió un efecto parcial, y así algunos miembros díscolos cambiaron el sentido de su voto. La delegación española, más inclinada hacia el voto en contra la víspera, estaba dispuesta a abstenerse para no romper bruscamente con la posición de su familia europea.
"No daremos un cheque en blanco"
Así, buscan mandar un voto "muy crítico" al nuevo colegio de comisarios, según explicó el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar. "No daremos un cheque en blanco a la nueva Comisión", explicó el exministro. El italiano también tuvo que retornar al redil a otros miembros de las delegaciones británicas, alemanas o francesas, que también habían dado señales de romper la disciplina, aunque se espera que algunos británicos o suecos voten en contra.
Aunque los socialistas están dispuestos a dar un voto de confianza a Juncker, Pittella recordó al luxemburgués que "está poniendo su credibilidad en juego, y también el futuro de Europa" en la ambición y envergadura de este paquete de inversión. Unas dudas que también son compartidas por los líderes de otros grupos. "El hueco en inversión en Europa se acerca al billón de euros, no a los 300.000 millones", subrayó el jefe de los liberales en la Eurocámara, Guy Verhofs- tadt.
Barroso deja la Eurocámara
El presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, defendió ayer su gestión en su último discurso ante el pleno del Parlamento. El portugués justificó las medidas tomadas al recordar que "algunos estados miembros estaban cerca de la bancarrota".
"Es una caricatura que la Comisión pidiera austeridad", dijo. Pero Barroso se encontró con una respuesta crítica por parte de los grupos. "Es momento de cambiar de curso para salvar a Europa", dijo el líder de los socialistas Pittella, pidiendo una enmienda a la totalidad de sus 10 años de mandato.