Indicadores Europa

El IVA bancario daría 25.000 millones a la UE

"En nuestros análisis hemos cuantificado que la exención de la banca del impuesto sobre el valor añadido (IVA) provoca un impacto negativo en la recaudación de entre 18.000 millones y 25.000 millones de euros", aseguró ayer el conservador lituano Algirdas Semeta, comisario europeo de Fiscalidad. Los atribulados presupuestos públicos tienen pues, si eliminan tal exención, una buena oportunidad para parchear su cúmulo de deudas y déficits.

La Comisión Europea redacta una estrategia para  modernizar el IVA que prevé presentar a finales de año. Someter los servicios financieros a este impuesto sobre el consumo o mantenerlos fuera de su aplicación vuelve a estar sobre la mesa.

De ahí que Bruselas haya calculado que si los consumidores pagaran IVA por los servicios que les prestan sus bancos, el citado botín para las arcas públicas de los 27 países de la UE sería de entre 18.000 millones y 25.000 millones de euros.

El debate es antiguo y divide al sector bancario entre los que prefieren mantener la situación actual, y los partidarios de aplicar el IVA a sus clientes para poder deducirlo como el común de las empresas y dejar de soportarlo como todo  consumidor final. Pero esa alternativa puede quedar anulada.

Voracidad fiscal

Otra opción que se plantea la Comisión Europea es mantener la exención del IVA de manera que los bancos no puedan deducirlo cuando compran un bien o contratan un servicio y, a renglón seguido, establecer un imspuesto específico sobre la banca. El hambre agudiza el ingenio y la crisis, la voracidad fiscal.

Aún no está claro cual sería la base imponible de este tributo alternativo: las remuneraciones para penalizar los sueldazos y primas de los banqueros; los riesgos asumidos para castigar excesos como los que provocaron la crisis actual; el pasivo de los bancos, quizás exceptuando el capital y los depósitos; los activos ponderados por el riesgo; etcétera.

Tasa Tobin

El camino todavía es largo. Toda propuesta de Bruselas en materia fiscal necesita del acuerdo unánime de los 27 Estados del club para ser adoptada. Lo que sí es evidente es la voluntad de los políticos europeos por acribillar a las finanzas. Esta semana, Bruselas ha propuesto crear en el Viejo Continente una tasa sobre las transacciones financieras.

La recaudación, al menos parte, engrosaría los presupuestos de las instituciones de la UE. Así se reducirían las contribuciones que deben realizar a las arcas comunitarias los presupuestos nacionales de los Veintisiete. Esta especie de Tasa Tobin se aplicaría sobre las transacciones con acciones y bonos, sobre los que el tipo impositivo sería del 0,1 por ciento; y sobre transacciones con derivados, cuyo tipo sería de sólo el 0,01 por ciento para evitar que se deslocalicen de la City londinense a otras plazas financieras del planeta.

Bruselas no ha despejado aún las dudas legales para gravar también las transacciones con divisas.

Suben los impuestos indirectos

La Comisión Europea y Eurostat, el organismo comunitario responsable de recopilar y publicar de manera armonizada las estadísticas de los 27 Estados de la UE, publicaron ayer la edición de 2011 de su informe anual sobre

Según el informe, "el nivel global de imposición en la UE probablemente aumente a medio plazo". Lo atribuye a que "es necesario consolidar los presupuestos y rebajar los déficits públicos aniveles sostenibles". El documento da por tanto la razón al Banco Central Europeo (BCE), cuya amenaza de subir tipos de interés para contener la inflación está argumentada, entre otros factores, por las subidas de impuestos previstas e imprevistas que nos esperan.

El informe prevé que la recaudación por impuestos indirectos en el conjunto de la UE suba un nivel equivalente al 0,5 por ciento del producto interior bruto (PIB) entre 2009 y 2012, y que el alza en impuestos directos sea del 0,2. El documento puntualiza que "los países más afectados por la crisis tendían a tener presiones fiscales por debajo de la media".

Se refiere a Grecia, Portugal, Irlanda, los Estados Bálticos y España. "Mirando hacia el futuro, estos países podrían aumentar los impuestos más que los otros, lo que se traduciría en una cierta convergencia en un nivel medio más elevado", concluye.

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