Pymes Eficientes

Más dinero que nunca para los emprendedores

  • Hay dinero, peo no está en los bancos y hay que saber buscarlo

Los inversores privados han cobrado protagonismo en la financiación de proyectos empresariales, aunque la proliferación de redes de "business angels", viveros y aceleradoras de empresas hace la búsqueda más compleja que en la banca tradicional.

Hay dinero para proyectos empresariales, pero hay que saber buscarlo. Y no en los bancos, desde luego.

Así se deduce de la amalgama de fuentes y modos de financiación alternativos que se han convertido en la tabla de salvación para cientos de emprendedores y pequeñas empresas que ya no pueden ni recurrir a las clásicas tres efes, family, friends and fools (familia, amigos y locos), porque tampoco ellos tienen dinero. Fórmulas como el capital riesgo, los business angels -inversores particulares que apuestan por pequeñas empresas- y las family office -lo mismo, pero con capital familiar-, llevan años operando en España, pero el acceso a ellas no era fácil. Su agrupación en redes y la proliferación de incubadoras o aceleradoras de empresas ha ayudado a impulsarlas. No hay un registro de cuánto dinero tienen disponible, pero solo en la Comunidad Valenciana calculan que son 124 millones de euros, y en Málaga, 50.

Las aceleradoras, que en sí son ya un negocio, están superando a los clásicos viveros de empresas promovidos con fondos públicos. Al contrario que estos, la mayoría de las aceleradoras aportan fondos a las empresas incipientes (startups) y esperan un retorno -el referente es Google-, de manera que se implican en la consecución del éxito del emprendedor. Además, le buscan un socio capitalista, normalmente un business angel, que le ayude a crecer hasta la siguiente etapa, que será la entrada de un fondo de capital riesgo. Bbooster, SeedRocket o Plug and Play, recién llegada de Silicon Valley, son algunas de las aceleradoras que funcionan en España, a las que se han unido las promovidas por grandes empresas, como Wayra, impulsada por Telefónica; el Fondo de Emprendedores Repsol, y la aceleradora para proyectos de energías limpias En el Lab.

¿Dónde están?

Con los bancos, uno sabía dónde estaba la ventanilla, pero estas decenas de incubadoras, cientos de business angels y diferentes líneas de ayudas de las administraciones y las universidades forman un maremágnum que la consejera delegada de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa), Begoña Cristeto, no considera que sea un inconveniente. "En otros temas, la dispersión puede llevar a confusión, pero en este caso, cuanto más haya, mejor, necesitamos muchos business angels, existen foros en todas las comunidades autónomas y el emprendedor tiene muchísimos lugares donde contar su proyecto", sostiene la responsable del organismo dependiente del Ministerio de Industria.

Modelo israelí

La propia Enisa se ha convertido en canalizadora de proyectos, que cofinancia, ya que entre sus líneas de apoyo a pymes se encuentra la participación en fondos de capital riesgo; la cofinanciación, aportando a las empresas la misma cantidad que aporten los fondos de capital riesgo con los que tiene convenio, y un nuevo producto que va a lanzar este mes, el Spain Startup Co-Investment Fund. Este fondo está copiado de Israel, donde "ha funcionado muy bien" según Cristeto. Se trata de un fondo de coinversión dotado con 20 millones con el que Enisa apalancará inversiones que realicen los business angels, de manera que si el inversor aporta 50.000 euros, Enisa concederá un préstamo participativo por esa cantidad, a bajo interés y hasta nueve años de plazo.

A pesar de que la mayoría de aceleradoras e inversores buscan proyectos tecnológicos, sobre todo de Internet, Enisa solo tiene vetados los sectores financiero e inmobiliario. Según el director de CVban, Pedro Bisbal, "se puede encontrar financiación para otros sectores si se  presenta un proyecto innovador". CVban agrupa a 92 business angels valencianos que ya han invertido 13,7 millones en 146 empresas. Esta asociación recibe los proyectos de los emprendedores, los filtra y ofrece los que considera interesantes a sus socios. Según Bisbal, "vamos a ver cómo surgen más business angels y aceleradoras, y no solo tecnológicas". Él mismo confiesa tener en mente una aceleradora de comercios a pie de calle.

Como CVban funcionan otras 25 redes de inversores privados en casi todas las comunidades, federadas en la Asociación Española de Business Angels (Aeban). Según su gerente, Ana Coll, "los business angels están en auge, aunque algunas redes están un poco paradas porque dependen de subvenciones de universidades o comunidades autónomas". En cuanto a los proyectos que llegan, son "más y mejores".

En 2011 se recibieron 1.900 -1.600 el año anterior-, de los que unos 500 fueron presentados a los inversores. Además, existe la Red Española de Business Angels (Esban), que agrupa a una decena de asociaciones y que, igual que Aeban, pertenece a la red europea.

Lógicamente, las mayores oportunidades para encontrar financiación privada se encuentran en Madrid. Sólo en la capital hay casi una veintena de viveros de empresas dedicados a potenciar el nacimiento de startups, coordinados por Madrid Emprende, a las que se suman aceleradoras tecnológicas privadas, como Startup Spain, Startup Bootcamp oTetuan Valley, e incubadoras comoDAD Digital o Sonar Ventures. Además, uno de los foros más veteranos para poner en contacto a emprendedores tecnológicos e inversores, First Tuesday España, anunció la semana pasada que da un paso más con la creación de una red privada de business angels, que nace con más de 20 afiliados, entre ellos algunos de los principales inversores en negocios online en España, como Rodolfo Carpintier, Luis Martín Cabiedes, Carlos Blanco y François Derbaix.

Financiación pública

A pesar del empuje de la iniciativa privada, la pública sigue siendo importante, y no solo a través de Enisa, sino también de las administraciones autonómicas. En el País Vasco, el Parlamento acaba de aprobar una ley de Apoyo a los Emprendedores y a la Pequeña Empresa, la primera de estas características en España. Entre las novedades de la ley se encuentran la creación de un fondo de capital semilla de financiación pública-privada; microcréditos de cinco años para empresas de menos de tres años; respaldo a la creación y funcionamiento de redes de business angels; respaldo a la labor de business angels, invirtiendo desde el Ejecutivo lo mismo que hayan destinado éstas a proyectos innovadores, y devolución al emprendedor del 100% de las tasas municipales abonadas para la puesta en marcha del negocio.

El País Vasco ordena la oferta

Además, en esta comunidad sí está más o menos ordenada la oferta, ya que en mayo se puso en marcha el Servicio Vasco de Emprendimiento, una ventanilla única que engloba a todos los agentes que participan en el proceso de emprendimiento (instituciones, consultoras, etc.). Además, sistematiza los cerca de 300 programas, cursos y ayudas ya existentes. En su primer mes de funcionamiento, recibió 28.000 consultas, de las cuales 6.300 se formalizaron en petición de ayudas.

Una mini encuesta realizada por elEconomista entre una decena de emprendedores vascos sobre sus vías de financiación indica que la mayoría ha recibido respaldos públicos, ya sea por la vía de su inclusión en incubadoras empresariales, pequeñas subvenciones o créditos blandos. En general, valoran muy positivamente el entramado institucional de apoyo que existe para las nuevas empresas, especialmente si son de base tecnológica o innovadoras. Hay casos, los menos, en que han salido adelante con el apoyo de las tres efes, y entre las empresas más jóvenes se constata la presencia de business angels en la fase inicial del negocio.

En la comunidad gallega, la iniciativa más novedosa e importante es la reciente constitución de Redinduba, una red de incubadoras de empresas tecnológicas e innovadoras. Está constituida por las tres universidades gallegas -Santiago de Compostela, A Coruña y Vigo-, junto con otras cinco entidades. Su objetivo es mejorar los procesos de transferencia de conocimiento y consolidar puestos de empleo cualificado, buscando la cooperación. En Galicia están funcionando muy bien los viveros de empresas asociados a las universidades, pues se configuran como herramientas útiles para crear un tejido productivo.Los datos prueban que el 91% de los proyectos que cuentan con el apoyo de incubadoras continúa compitiendo en el mercado frente al 50% de empresas que lo hace sin la ayuda de estos mecanismos.

En Aragón no existía una red de business angels propia hasta que recientemente se ha creado la Fundación Aragón Invierte para poner en contacto a emprendedores y empresarios con inversores privados. Está formada por el Gobierno de Aragón, las obras sociales de Ibercaja y Cai, la Asociación de Empresa Familiar de Aragón (Aefa) y la Asociación de Jóvenes Empresarios de Aragón (AJE). Se suma a la incubadora por excelencia en esa región el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Aragón (CEEI Aragón), que en sus 20 años ha ayudado a poner en marcha 136 empresas, de las que el 85% siguen activas, según datos facilitados por el Departamento de Industria del Gobierno de Aragón. Estos proyectos han supuesto la generación de 4.500 empleos.

En Canarias, los cabildos han creado programas de desarrollo de microempresas. Igual que en Tenerife, el Cabildo de Gran Canaria ofrece a los emprendedores del sector tecnológico un amplio abanico de acciones para "acompañarles en distintas etapas, desde la puesta en marcha de la empresa hasta la internacionalización". Con este fin, ha lanzado programas como tecnobecas, expediciones a Silicon Valley y otros para apoyar a personas con formación, talento y creatividad. Entre los ejemplos de empresas creadas con este apoyo está B-card, que desarrolló un proyecto para el intercambio de tarjetas profesionales. La mayor parte de los proyectos se relacionan con servicios de atención al turista y a la mejora de la promoción del turismo.

El vía crucis de un empresario

En Castilla y León, los emprendedores encuentran apoyos para la maduración de los proyectos, aunque la crisis y la falta de cultura inversora complica el proceso. Adrián Ferrero es un buen conocedor de los mecanismos para captar capital. Tras trabajar en la consultora Euronet, montó hace años su propio negocio con la empresa Economistas de la Innovación, que presta servicios de búsqueda de financiación. Entonces no tuvo problema para ponerla en marcha dada la escasa inversión necesaria, que obtuvo a través de amigos y familiares  y con dinero propio. Ahora, en su nueva aventura junto al investigador del CSIC Alberto Acedo, con el que ha creado la compañía biotecnológica  AC Gen Reading Life, dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades de origen hereditario, está conociendo en primera persona las dificultades para captar capital. Pese a su experiencia y a que su  proyecto obtuvo el Premio Genoma España a la mejor idea biotecnológica, no encuentra financiación y ha tenido que cambiar su estrategia. La financiación del Gobierno regional no terminan de llegar, y cuando se buscan inversores privados, explica, topan con la falta de cultura financiera en Castilla y León. A diferencia de comunidades  como Cataluña, "aquí semuestran abiertos inicialmente pero no terminan de dar el paso o lo condicionan a la entrada de otro inversor", lamenta Ferrero. Explica que los fondos de capital riesgo tampoco funcionan a la hora de obtener financiación para una nueva empresa. "Están más dirigidas a las pymes que existen y que quieren abrir nuevas líneas de negocio". El resultado es que han tenido que rehacer el plan de negocio, renunciando a comprar la tecnología necesaria para recurrir a la de la Universidad de Santiago. "Con ello, podemos desarrollar una señal de producto, que, por lo que hemos visto, es más atractivo a los inversores", explica.

Cataluña

La Red de Parques Científicos y Tecnológicos de Cataluña (XPCAT) agrupa grandes espacios de producción, transferencia, difusión y uso del conocimiento y actúa como punto de contacto entre la comunidad investigadora y la innovadora. En su sistema se integran grupos y centros de investigación universitarios, centros tecnológicos, incubadoras de empresas, grandes empresas con sus centros de I+D asociados, empresas focalizadas en la innovación y nuevas empresas basadas en el conocimiento. Sin embargo, la lista de centros en Cataluña es desproporcionada: existen más de 100 centros tecnológicos y parques científicos que en la mayoría de los casos no tienen los recursos suficientes, económicos y materiales,  para llevar a cabo el objetivo para el que fueron creados. Ante esa realidad y la necesidad de recortar, la Generalitat ha decidido colocar todos los centros bajo la tutela de su agencia de inversión industrial y de competitividad Acc1ó. Este organismo deberá racionalizar el entramado de centros tecnológicos para unificar esfuerzos y lograr "un mayor retorno de la inversión mediante la generación de más empresas", explica su consejero  delegado, Josep Moragas. El plan, que aún no es público, previsiblemente se basará en concentrar la mayor parte de la capacidad financiera en los ocho centros tecnológicos más avanzados. Junto a la racionalización, Acc1ó deberá coordinarse con el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) para mejorar la financiación de las compañías que nazcan en estos viveros.

Información elaborada por Javier Alfonso, Carlos Pizá, Ruth Lodeiro, Eva Sereno, Carmen Larrakoetxea, José María Camacho, Eloísa Lamata, José Luis Jiménez y Jordi Sacristán.

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