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Biniarroca Hotel & Restaurant, capricho British en Menorca

Menorca esconde tesoros como este precioso hotel rural de Sant Lluis. El Biniarroca Hotel & Restaurant encaja en ese cierto aire british que todavía se percibe en la isla.

Cortesía para los lectores de El Economista que hagan reserva en el hotel directamente, sin recurrir a grandes buscadores comisionistas, una botella de cava brut nature y chocolate en la habitación.

Se puede decir que en Menorca quedaron muchas cosas buenas del periodo de la ocupación británica en el paisaje -liberal del este, feudal del oeste-, en la arquitectura -las grandes casas de típicas ventanas de la época- en la cultura del caballo -la preciosa raza menorquina, mezcla de árabe e inglés- y en una cierta estética de las cosas. Biniarroca se nos antoja una de esas herencias de esa mezcla fantástica de los estilos mediterráneo y británico, un rincón escondido en el campo de Sant Lluis, que de la mano de Sheelagh comparte espacios del pasado -el jardín romántico, la propia casa y más de la mitad de las decoraciones- y espacios contemporáneos -el estilo de su carta del restaurante, la recoleta boutique, surtida con acierto- y ambos están pincelados de detalles que diríamosbritish, románticos, cool y hasta ad lib.

Como la presentación de las mesas del restaurante, rincones del hotel decorados con gracia personal o la preciosa piscina, hecha en piedra de marés, donde cuatro vestales en piedra rematan las cuatro esquinas. En casi cualquier otro lado podrían quedar fatal, pero en Biniarroca, luciendo los mohos de una edad bien llevada, quedan perfectas, envueltas por buganvillas y trepadoras viejas, entre un suelo de esa piedra local de marés que preside todo el ambiente. Esta es una piscina para el disfrute personal y la privacidad, y las tumbonas casi se esconden bajo las pérgolas. Nosotros casi nos escondemos del mundo en este feudo -que nos perdonen los británicos del XVIII- de la calma y del art de vivre -que nos perdonen los británicos de hoy-.

La cocina

La mesa de Biniarroca es como Biniarroca toda, una sabia combinación de ayer y hoy, cocina de mercado con género pluscuamperfresco, recetario menorquín y creatividad de la Casa. Precio medio del cubierto 45 euros.

Actividades

El hotel se encuentra a un paso de Mahón -Maó- y de su densa historia. No dejes de visitar la Fortaleza de La Mola, el Fort Malborough y el Lazareto, la isla en la que los sospechosos de diversas enfermedades, y especialmente la lepra, hacían cuarentena. El edificio tiene elementos únicos, como la capilla en la que el cura daba misa desde una gran urna acristalada. Playas del este que no debes olvidar son las de Cala Tortuga, en el Cabo de Faváritx (20 minutos a pie) o cualquiera de la costa noreste, entre la bocana del puerto de Mahón y Sant Adeodat. Un enclave espectacular es la Cova d'en Xoroi. De día, bar de copas encastrado en las grutas de un acantilado. Por la noche, una discoteca con devotos en medio mundo.

Accesibilidad. Casi todo el recinto es cómodo para la silla de ruedas. Una habitación con baño adaptado, en el porche de la foto anterior a este párrafo. Otro baño adaptado entre la piscina y el restaurante. Acceso sin barreras a habitaciones de planta baja y a parte del restaurante. Señalética braille y relieve en puertas de habitaciones y baños comunes. El hotel pertenece a NATIVE Red de Hoteles con Encanto y Turismo Accesible que promueve el turismo para todos (www.nativehotels.org).

Biniarroca Hotel & Restaurant
Cami Vell, 57 - Sant Lluis (Menorca)
T. 971 150 059
hotel@biniarroca.com
www.biniarroca.com

Web accesible.

Cierre por vacaciones: 15 de octubre a 13 de marzo
Tarifas: Habitación doble de 120 a 210 euros según temporada.
Junior suite, de 240 a 350 euros.

Política de cancelación:
4-2 semanas antes de la llegada - 25%.
2-1 semanas antes de la llegada - 50%.
Menos de una semana antes de la llegada - 100% del total de la reserva.

Visitas en la zona. Casco histórico y puerto de Mahón. Binibeca Vell (recreación de pueblo blanco de pescadores en la costa). Carreras de trotones en el Hipódromo de Mahón. Iglesia de Santa María, con uno de los mejores órganos de España. Monumentos megalíticos (Trepucó, Talatí de Dalt y otros destacados).

Productos típicos. Ensaimadas mallorquinas y menorquinas, queso Mahón, sobrasada local, vinos, licores de hierbas de la destilería Xoriguer. Abarcas artesanas, el producto más exportado de la isla (en la foto, selección de Nagore).

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