El presidente Barack Obama cerró el jueves un capítulo controvertido en Estados Unidos, al decretar el fin de Guantánamo y de polémicas prácticas en la guerra contra el terrorismo, en su segundo día en la presidencia en el que tomó medidas hacia un diálogo en Medio Oriente.
Obama acudió al Departamento de Estado, cuyas riendas asumió Hillary Clinton, para subrayar su "compromiso con la importancia de la diplomacia y la renovación del liderazgo estadounidense", y sin perder tiempo designó a un enviado especial para Medio Oriente y otro para Afganistán y Pakistán.
En el primer cargo colocó al ex senador George Mitchell -ex negociador para Irlanda del Norte- mientras que para el segundo eligió al ex embajador ante Naciones Unidas, Richard Holbrooke, quien lograra en 1995 el acuerdo de paz que puso fin a tres años de guerra en Bosnia.
El impulso a la política exterior muestra el deseo de Obama de romper con el gobierno de su antecesor George W. Bush, quien el martes al entregarle el poder le traspasó una situación delicada en Medio Oriente, frentes bélicos abiertos en Irak y Afganistán y una guerra contra el terrorismo con polémicas prácticas.
Mitchell será enviado al Medio Oriente lo antes posible, afirmó Obama, quien pidió a Israel que abra los pasos fronterizos de Gaza para que pueda ingresar ayuda humanitaria y comercio, como parte de un alto el fuego duradero tras el conflicto con Hamas.
"Seré claro: Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel. Y siempre apoyaremos el derecho de Israel de defenderse contra amenazas legítimas", precisó Obama en la sede del Departamento de Estado.
Mitchell declaró que no "subestimaba la dificultad" de su tarea. "La situación en Medio Oriente es volátil, compleja y peligrosa", añadió.
"Es una tarea muy difícil, como lo sabemos todos", dijo Holbrooke respecto a su misión.
En un esfuerzo por renovar la golpeada imagen estadounidense, Obama firmó este jueves el decreto para cerrar en un plazo de un año el centro de detención de Guantánamo (Isla de Cuba), uno de los símbolos de la lucha antiterrorista que preconizó Bush, creado en 2002 para albergar a combatientes capturados en Afganistán.
Asimismo, Obama suscribió también un decreto en el que proscribe técnicas abusivas en interrogatorios a sospechosos, al ratificar que su país debe cumplir con la Convención de Ginebra.
Los decretos firmados estipulan, además, la clausura de "los centros de detención que posee actualmente" la CIA en lugares secretos, dijo un funcionario de la Casa Blanca a periodistas.
Con estos decretos y otros firmados en la misma ocasión, "el mensaje que enviamos al mundo es que Estados Unidos tiene la intención de continuar el combate entablado contra la violencia y el terrorismo, (y) que lo haremos respetando nuestros valores y nuestros ideales", dijo Obama.
Obama también dedicó tiempo este jueves a abordar la otra gran preocupación de su gobierno: la recesión.
El mandatario se reunió con sus asesores, a quienes pidió información diaria sobre la grave situación económica, a semejanza del parte que le dan en temas de inteligencia.
Tras recibir el respaldo de un comité del Senado estadounidense este jueves, Timothy Geithner quedó a un paso de ser ratificado como secretario del Tesoro.
En su audiencia ante el Senado, Geithner abogó por reformar el sistema financiero del país para fortalecerlo y hacerlo más resistente, en una jornada en la que varias noticias desfavorables sobre el empleo y la construcción de viviendas ensombrecieron aún más el panorama en Estados Unidos.