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Barack Obama asumió como el primer presidente negro de EEUU

Barack Obama entró a la historia este martes al jurar como el primer presidente negro de Estados Unidos ante unos dos millones de personas, a quienes pidió una "nueva era de responsabilidades" para enfrentarse a la recesión y a dos frentes bélicos.

Barack Hussein Obama se convirtió en el 44º presidente de Estados Unidos hacia las 12H05 locales (17H05 GMT), al jurar sobre la Biblia que usó el mandatario abolicionista Abraham Lincoln, en las escalinatas del Capitolio.

Hijo de un padre keniano y una madre blanca de Kansas, el nuevo presidente estadounidense cristalizó el triunfo del crisol migratorio en su país, y las enormes esperanzas de una población acongojada por la crisis.

Los estadounidenses escogieron "la esperanza en lugar del miedo", dijo Obama, que les garantizó un profundo cambio político, lejos de la división de su predecesor George W. Bush, pero que también les pidió su colaboración para empezar juntos una "nueva era de responsabilidades".

Obama anunció, como había prometido, una retirada "responsable" de las tropas de Irak y la ayuda para forjar una "paz duramente ganada en Afganistán".

También vaticinó "una derrota" de la "vasta red de violencia y odio" de los extremistas en guerra con Estados Unidos.

El flamante presidente advirtió que los desafíos actuales "no serán vencidos fácilmente o en un corto lapso de tiempo".

"El estado de nuestra economía exige una acción audaz y rápida y nosotros la emprenderemos, no solamente para crear empleos sino para sentar nuevas bases para el crecimiento", prometió Obama, en medio de una recesión no vista en décadas.

"Nuestra economía está gravemente debilitada, como consecuencia de la avaricia y la responsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva para tomar las decisiones necesarias", criticó.

"Con viejos amigos y ex enemigos, trabajaremos sin descanso para reducir la amenaza nuclear y contra el cambio climático", añadió.

Pero luego volvió el tono de advertencia: "no pediremos perdón por nuestro estilo de vida".

"Para aquellos que buscan avanzar en sus objetivos mediante el terror, les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no podrá ser quebrado: no podrán vencernos, y los derrotaremos", añadió con tono rotundo.

Tras su discurso, Obama y su vicepresidente Joseph Biden, acompañados por sus respectivas esposas, hicieron el recorrido desde el Capitolio hasta la Casa Blanca, atravesando calles engalanadas y atestadas de gente.

En dos ocasiones descendieron del auto blindado, para caminar parte del trayecto, desatando la euforia de los que soportaron el frío glacial durante horas.

La llegada de Obama al poder no evitó que la bolsa de Nueva York se desplomara: el Dow Jones bajó 4,01% y el Nasdaq 5,78%. Pero sí le inyectó fuerza al dólar, que a 1,2877 por euro alcanzó su nivel más alto frente a la moneda europea en el último mes.

La ceremonia no estuvo exenta de sobresaltos: durante el almuerzo con Obama y Biden en el Capitolio, sede del Poder Legislativo, el veterano senador demócrata Edward Kennedy sufrió un desmayo a causa de la fatiga y tuvo que ser evacuado en ambulancia.

El vicepresidente de Bush, Richard Cheney, tuvo que asistir a los actos en silla de ruedas, a causa de un desgarro muscular.

Estados Unidos tiene depositadas enormes esperanzas en Obama, según las encuestas. Pero las expectativas aún son mayores en el mundo entero, según un sondeo realizado en 17 países por la radiocadena británica BBC, que le dieron a Obama dos tercios de aprobación.

Obama comenzó a recibir felicitaciones y buenos augurios de todas partes del mundo.

El primer ministro británico, Gordon Brown, calificó la llegada al poder de Obama de "nuevo capítulo en la historia de Estados Unidos y del mundo".

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó su certeza de que ambos países seguirán siendo "socios" en Oriente Medio.

Desde España, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, juzgó muy positivo el discurso de toma de posesión.

En América Latina, varios mandatarios expresaron su deseo de que Obama relance las relaciones entre la región y Washington.

La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, de visita en Cuba, afirmó que el discurso fue "positivo" y confirma "las buenas expectativas".

Bush, mientras tanto, abandonó Washington con los peores niveles de popularidad que se recuerdan, rumbo a su residencia en Texas (sur).

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