
San Fernando de Noronha es una isla situada en un archipiélago volcánico brasileño que lleva el mismo nombre. Es famosa por sus playas color turquesa, por ser uno de los destinos favoritos de los buceadores y por tener prohibido que las mujeres den a luz. Hace unos días y 12 años después, una mujer ha tenido un bebé en San Fernando de Noronha, aunque asegura que se saltó la prohibición porque no sabía que estaba en cinta.
El archipiélago, que forma parte de una reserva natural y que tiene unos 3.000 habitantes, no dispone de sala de maternidad ni de especialistas que puedan asistir un parto, motivo por el que no está permitido nacer allí. Las madres tienen que viajar hasta tierra firme, el punto más cercano es Natal -a unos 365 kilómetros-, para poder tener al bebé.
Esta situación se extiende desde 2004, momento en que la Secretaría de Salud decidió prescindir de la sección de maternidad del único hospital que hay en la isla (el Hospital San Lucas) debido a su elevado coste. Las mujeres en cinta tienen que abandonar la isla a la semana 34 de embarazo. Y, aunque el punto más cercano es Natal, son llevadas a Recife, una ciudad que está situada a más de 500 kilómetros.
La mujer que dio a luz el pasado fin de semana se escuda en que no sabía que estaba embarazada: "Habría hecho el curso preparto y me hubiera puesto las vacunas pertinentes. Nunca arriesgaría mi vida ni la de mi hija", dice al diario O Globo. "La noche del viernes tuve dolores y cuando fui al baño vi algo saliendo entre mis piernas. Ahí fue cuando el padre del bebé vino y lo recogió. Era un bebé, una niña. Yo estaba boquiabierta", ha añadido. El padre, que la asistió en el parto, también se ha mostrado sorprendido.
No obstante, la isla se ha volcado con este nuevo nacimiento y ha enviado una nota a la población en la que informa de la llegada del nuevo inquilino, aunque piden prudencia para el futuro.
Aunque el archipiélago está formado por 21 islas, solo está habitada la mayor de ellas, la cual lleva el mismo nombre que el archipiélago. El resto han sido declaradas Parque Nacional Marino y está prohibida la presencia humana en ellas.