
Enganchados al móvil hasta el último estertor. La necesidad de estar conectados ha llevado a que no sorprenda que hayan creado una aplicación que permite acceder a un chat mundial de personas a las que les queda un 5% de batería o menos en el que se comparte la agonía de lo que es inminente: la pantalla negra. Un juego tras el que se esconde una adicción sobre la hay datos alarmantes.
'Die With Me' o 'Muere conmigo' fue desarrollada por Dries Depoorter y David Surprenant después de que al primero se le ocurriera lo divertido que sería compartir los últimos minutos de angustia antes de que el teléfono se apague, angustia que él mismo reconoce sufrir cuando no puede usar el móvil.
La app alberga un chat mundial al que los usuarios solo pueden acceder cuando les queda un 5% de batería o menos. Cada acceso se hace a través de un alias diferente por lo que siempre se es 'nuevo' en la conversación. Además, los mensajes, negro sobre blanco para exprimir al máximo lo que queda de carga, no se borran y se puede acceder al principio del chat si el móvil aguanta.
¿Para qué? Según explicó Depoorter al presentar su idea, se trata de hacer agradables esos minutos finales previos al apagón y compartir con desconocidos en la misma situación este drama del primer mundo.
La parte seria tras el juego
Tras la anécdota, se esconcen cifras preocupantes que confirman que la adicción a estar conectado es un mal en aumento. Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y publicado en 2017 en Frontiers in Psychiatry marca que el 5% de la población española (uno de cada 20) ya es adicta al móvil y necesita el móvil a todas horas, algo que puede provocar problemas de salud tales como ansiedad, depresión o insomnio. Aunque los adolescentes y jóvenes forman el grupo más amplio de este problema, los adultos no se libran.
La necesidad de llevar el móvil encima, incluso en la mano, y de mirarlo cada pocos minutos en cualquier circunstancia (en el trabajo, con los amigos o en reuniones familiares) es algo que reconoce el 45,3% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años, que se consideran adictos, como reflejó un estudio de Rastreator.com sobre los hábitos de uso del teléfono.
En EEUU, donde también se ha analizado la dependencia al móvil, el último estudio del Pew Research Center de la Sociedad Radiológica Norteamericana (RSNA) señala que el 46% de los jóvenes no se ven capaces de vivir sin su teléfono.
La edad de acceso a estos aparatos electrónicos es de 9,8 años según datos de la Generalitat Valenciana. En menores, la adicción al móvil favorece el fracaso y el acoso escolar, las fobias y, en los casos más extremos, el suicidio.