Global

El Brexit vira las miradas a la relación especial de Noruega con la UE

  • El proceso de salida del Reino Unido no apoya ningún modelo conocido
Calle turística en el centro de Oslo, Noruega. Imagen: Getty.

El proceso de salida del Reino Unido no apoya ninguno de los modelos conocidos de relación con Bruselas. Tratará de negociar uno propio. No obstante, está estudiando ventajas y desventajas del caso noruego.

Noruega, uno de los países más ricos del mundo y exportador de petróleo y gas natural, tiene una relación especial con la UE. Sin ser miembro, participa plenamente en el mercado único o interior. Este espacio no es solo un área de libre comercio sin aranceles ni impuestos entre países. Incorpora, además, el libre movimiento de personas, bienes, servicios y capitales. Existe un marco común de regulaciones para las empresas que tienen que cumplir con una serie de estándares en su comercio, tanto con los socios europeos como los ajenos.

¿Cuál es el acuerdo en virtud del cual este país escandinavo, de poco más de cinco millones de habitantes, puede acceder a un mercado de más de 500 millones? El Espacio Económico Europeo (EEE), que entró en vigor en enero de 1994 producto del acuerdo entre los miembros de la UE y de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Su creación permitió a tres de los cuatro integrantes de la EFTA -Noruega, Islandia, Liechtenstein (Suiza lo rechazó)- participar en el mercado interior sin tener que adherirse a la UE. El acuerdo del EEE no incluye, en principio, la política comercial común, la política exterior, ni la impositiva.

Noruega pertenece al Espacio Schengen (lo que, como es sabido, no es el caso de Gran Bretaña) -y sus ciudadanos no necesitan pasaporte para viajar por el mismo-, que en 1995 abolió las fronteras internas europeas. Sin embargo, no forma parte de la unión aduanera. Ello implica que puede imponer sus propios aranceles a terceros países y negociar independientemente sus relaciones comerciales con países fuera de la UE. A su vez, los productos producidos fuera del EEE están sometidos a tasas aduaneras al atravesar los límites noruegos.

El gran contacto entre Oslo y Bruselas no es extrañable, a la vista del intenso intercambio comercial. Las exportaciones a la UE suponen tres cuartas partes del total. Al mismo tiempo, Noruega es el quinto país importador de productos de la UE. No ha adoptado el euro; su moneda nacional es la corona. Tampoco está obligada a participar en varias políticas comunes de la UE en sectores muy importantes para su economía, como la agricultura y la pesca, por lo que controla sus propias aguas y bancos pesqueros. Sí participa en algunos programas importantes como son Frontex (sobre el control de fronteras) y Europol (policía criminal).

Como miembro del EEE, Noruega tiene que cumplir con una gran parte de la legislación europea. En un informe independiente del Gobierno, publicado en 2012, se calculó que el país había adoptado unas tres cuartas partes de las directivas europeas. Se subrayaba este aspecto como el más problemático de la asociación: estar obligada en la práctica a adoptar muchas de las políticas y reglas de la UE sin ser miembro y sin derechos de voto. El director ejecutivo del Foro Económico Mundial, el noruego Espen Barth Eide, opina que su país está más integrado en muchos aspectos en la UE que algunos de sus miembros.

Pese a esta gran interrelación, Noruega carece de influencia en muchas de las normas que la afectan. Participa en los grupos de trabajo y de expertos, mas su capacidad de influir en las leyes se limita a ejercer presión mediante los lobbies. Con todo, ejerce una política proactiva con respecto a la Unión con el fin de salvaguardar sus intereses.

Así pues, tiene voz para expresar su parecer pero no puede votar sobre lo que se decide, ni en el Parlamento Europeo ni en la Comisión. Y en el Consejo de Ministros, únicamente sobre justicia y seguridad. En su acuerdo con el EEE figura el derecho a veto para impedir la aplicación de leyes comunitarias en su ordenamiento. Si bien, es una facultad que nunca ha ejercido.

Noruega rechazó su ingreso en dos referendos, en 1972 y 1994. De momento la mayoría sigue prefiriendo mantenerse fuera.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky