
La incertidumbre que se vive en estos momentos en Bangkok, con los tanques en las calles y rumores de golpe de Estado, será desastroso para la economía tailandesa.
Aunque existe gran confusión acerca de los hechos, existe la certeza de que los tanques han tomado las calles de la capital y que el Ejército ha tomado la sede del Gobierno, según la cadena británica BBC.
Con el golpe de Estado, la economía tailandesa sufrirá un nuevo golpe después de soportar, en menos de dos años, los efectos de un tsunami, casos de corrupción política, la anulación de unas elecciones y terrorismo islámico en el sur del país. Demasiado para una economía que se basa fundamentalmente en el turismo.
Las noticias que llegan desde Bangkok indican que la ciudad vive horas muy tensas. Hoteles y bares han cerrado antes de hora, sin duda, algo muy sintomático en una ciudad que no duerme y cuya industria del ocio es fabulosa.
La televisión tailandesa emite desde hace horas imágenes del monarca tailandés, Bhumibol Adulyadej, y música castrense.
Rumores sobre un golpe de Estado
En los últimos días se han sucedido los rumores acerca de la posibilidad de un golpe de Estado, hecho que se ha hecho coincidir con el presidente tailandés fuera del país.
Thaksin Shinawatra se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU, ciudad desde donde decretó por televisión el estado de emergencia. Shinawatra tiene previsto regresar a Bangkok en unas horas, un día antes de lo previsto.
Los militares sublevados han declarado su lealtad al rey y la creación de un “Consejo Administrativo para la Reforma”.
Aunque no se saben los motivos que han desembocado en el golpe de Estado, la situación política ha estado muy convulsa en los últimos meses, con la economía en franco deterioro y la figura del presidente con cada vez menor credibilidad.
Las elecciones generales de abril se declararon inconstitucionales por el rey y el país vive, hasta que se celebren nuevos comicios en octubre, una época de clara ingobernabilidad.
Además, las acusaciones de corrupción y abuso de poder vertidas sobre Thaksin Shinawatra llevaron a que las calles de la capital viera continuas manifestaciones para exigir su dimisión.