
La aspirante demócrata a la Presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton sigue intentando quitar hierro a su polémico uso de un servidor privado para comunicaciones oficiales cuando era secretaria de Estado, al tiempo que pierde terreno en las encuestas.
El Departamento de Estado confirmó hoy a un tribunal de Washington que el número de correos electrónicos que las agencias de inteligencia quieren revisar, por poder contener información clasificada, ha aumentado a más de 300.
Estos correos, que varias agencias gubernamentales quieren revisar de nuevo, provienen de la lectura de una quinta parte de los 30.000 mensajes entregados por Clinton, por lo que proporcionalmente el número total de mensajes con posible información sensible podría ascender a más de mil.
La exsecretaria de Estado pudo recibir o enviar en su servidor privado comunicaciones oficiales con información clasificada, algo que violaría las normas de protección de secretos de Estados Unidos.
Clinton ha insistido en que jamás intercambió correos electrónicos con información clasificada como secreta cuando era secretaria de Estado, durante el primer mandato del presidente Barack Obama, algo que supuestamente solo hacía con documentos físicos en su oficina o lugares seguros.
La aspirante demócrata salió al paso de las críticas el pasado viernes en el estado de Iowa, donde bromeó que se ha unido a Snapchat (la red social de vídeos y mensajes instantáneos que desaparecen segundos después de ser vistos) porque "esos mensajes desaparecen por sí solos".
En una entrevista con una emisora de radio pública en Iowa, Clinton aseguró que hizo lo que ha hecho cualquier otro secretario de Estado, y que recibió permiso para utilizar su servidor privado: "nunca recibí o envié correos clasificados", sentenció.
"Esto es un problema que se va a resolver por sí solo", explicó Clinton, quien aseguró que ella fue la primera en pedir que todos sus correos electrónicos se hiciera públicos.
Pese a los intentos de restar importancia a la polémica, el mítico periodista del diario The Washington Post Bob Woodward ha asegurado que la historia tiene muchos paralelismos con el escándalo 'Watergate' y el hecho de que Clinton utilizara un servidor privado para comunicaciones oficiales es "inimaginable".