Chelsea Manning, la ex soldado estadounidense que se encuentra en prisión por filtrar documentos militares y diplomáticos a WikiLeaks, ha contado en una entrevista a la revista Cosmopolitan su vida tras las rejas y cómo se está produciendo el cambio de hombre a mujer. Durante el artículo se queja, por ejemplo, de las reglas que prohíben llevar el pelo largo.
Chelsea Manning, antes Bradley Manning, fue declarado culpable y condenado en 2013 por filtración de documentos. Fue entonces cuando el soldado raso del Ejército de Estados Unidos anunció que en verdad se sentía una mujer.
En la cárcel consiguió el cambio de nombre legal y solicitó tratamiento para la disforia de género. No obstante, Manning se queja de que las autoridades no le dejan crecer el pelo. Es "doloroso y difícil", ha dicho la exsoldado. "Me siento presionada por arriba. Por el día estoy bien, pero por la noche, cuando estoy en mi habitación, me vengo abajo", añade.
La entrevista se llevó a cabo por correo, ya que las autoridades militares prohíben a los presos hablar con los periodistas por teléfono o en persona.
Con respecto a su infancia, Manning ha confesado que desde una edad muy temprana se sentía diferente: pese a que era un niño, le gustaba vestirse con la ropa de su hermana. Además, a menudo se sentía aislado y desconectado.
"Pasé mucho tiempo negándome la idea de que podía ser gay o transexual. Cuando tenía entre 14 y 16 años, la mayoría de personas creían que estaba pasando por 'fases", ha declarado.
En cuanto a los otros reclusos, la exsoldado ha señalado que la están tratando muy bien durante su cautiverio. "Los chicos aquí son adultos. Hay personas muy inteligentes y sofisticadas en las cárceles de Estados Unidos", dijo.
En la cárcel de Kansas, Manning tiene su propia celda con "dos ventanas verticales desde las que se puede ver el sol, los árboles, las colinas y el cielo azul". Además, Manning pasa mucho tiempo en la biblioteca de la prisión, trabajando para conseguir el título universitario en ciencias políticas, según ha informado la revista.
El Ejército aprueba el tratamiento
