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La OTAN transmite en Gales una imagen combativa en un claro mensaje a Rusia

Barack Obama ha centrado las miradas de la cumbre | Reuters

El viernes finalizó en Newport, Gales, la cumbre de los 28 países de la OTAN. Tema predominante fue la evaluación de la crisis en Ucrania que ha encendido las luces de alarma de la Alianza.

Las tropas rusas no sólo han intervenido directamente en territorio ucraniano. Moscú ha suministrado -sigue haciéndolo- armamentos y pertrechos a los separatistas y anexionistas que combaten contra el gobierno de Kiev.

Nada obliga a la Alianza a defender Ucrania, que no es uno de sus miembros. No obstante, mostrará un apoyo real y concreto. Se resolvió ampliar las consultas estratégicas en el marco de la comisión Ucrania-OTAN. Se impulsará asimismo la cooperación en el marco del Programa Nacional Anual en materia de seguridad. Ofrecerá unos 15 millones de euros como parte de la ayuda prevista para reforzar sus estructuras de defensa. Un programa especial para Ucrania incluirá cuatro fondos especiales, destinados a resolver problemas de logística, comunicaciones, lucha contra la ciberdelincuencia y la rehabilitación social de los heridos en los combates en el este del país.

Decisiones individuales

Pese a las repetidas peticiones de Kiev, por el momento no se prevé ninguna entrega de armamento. Continuará siendo decisión individual de cada Estado.

Con su temeridad Putin ha tenido éxito proyectando el poder a Rusia experimentando una pequeña recuperación geopolítica. Hasta ahora. No se ha llegado a la guerra abierta pero hay combates directos entre fuerzas ucranianas y tropas rusas en varios frentes. Putin decidió intensificar el conflicto. Su mensaje: hará lo necesario militarmente para mantener viva la rebelión. Se encuentra a un paso de la agresión plena.

Dar ese paso significaría una vuelta a la Guerra Fría; que Rusia ya perdió. Con solo la mitad de la población de la URSS y un declive demográfico imparable, la Rusia actual ya no es una potencia industrial de envergadura, sino una economía primaria que sufre bajo las severas sanciones. El mega-contrato energético con China fue una señal más de la debilidad de Putin que tuvo que humillarse aceptando unas condiciones muy favorables a China.

Si la OTAN toma la "amenaza rusa" realmente en serio rearmándose en consecuencia, Moscú no podrá competir militarmente. Arruinaría su ya frágil economía.

Es un juego de alto riesgo en el que, de momento, los nervios no han traicionado al ahora temido 'hombre fuerte' que puede caer si sobrepasa su límite. Putin lo sabe aunque su orgullo y ansia de restaurar el poder ruso no le permiten reconocer la derrota sin más. Su propuesta de un alto el fuego - hábilmente formulada horas antes de la cumbre y la imposición de nuevas sanciones - es una maniobra dilatoria. La organización ha respondido incrementando su presencia en los miembros del Este de Europa.

Además un plan de acción rápida dotará de mayor agilidad a la Alianza que contará con una fuerza capaz de desplegarse en pocos días. Queda por ver si esta medida va más allá de ser una construcción semántica para tranquilizar a los aliados.

En concreto, sobre el terreno, este plan tendría como repercusión principal preparar instalaciones de recepción a esas tropas en los países miembros y el emplazamiento previo de equipamiento y suministros. Es decir, bases permanentes. Denomínense así o no.

Apuesta por la disuasión

Quedó también patente el otro gran objetivo que ha copado la agenda; la formación de una "coalición de voluntarios" para librar una ofensiva contra el Estado Islámico (EI) en Irak. Realizada en el marco atlántico, el presidente estadounidense Barack Obama dejó clara, sin embargo, su intención de forjar una alianza abierta a los países árabes en la zona.

En especial, España pidió atender al desafío del terrorismo yihadista desde el norte de África hasta Siria. Recordó que el Estado Islámico, formado por unos 8.000 efectivos, ha pasado a contar con más de 80.000 y controla la mitad de Irak y un tercio de Siria.

Otra cuestión debatida fue Afganistán, donde a partir de 2015 serán las propias fuerzas afganas las encargadas de combatir a talibanes e insurgentes. Las conversaciones versaron sobre un techo: no debe repetirse lo sucedido en Irak donde la OTAN no pudo proseguir su misión de adiestramiento debido a que no se alcanzó un acuerdo con el gobierno iraquí. Se volvió a acordar la asistencia a Irak que hoy se desintegra ante el avance de la milicia terrorista del EI.

Con todo, en la reunión se apeló a la prudencia. Es esencial tener muy en cuenta la opinión de los países árabes e islámicos. Tanto o más importante que la coalición militar es la coordinación económica y humanitaria.

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