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China rompe las quinielas: su economía acelera y crece al 11,3% en el segundo trimestre

Nada de previsiones con China, cuya economía sigue desafiando las leyes del Gobierno para evitar un recalentamiento. Ilustración: LPO
La economía china volvió a superar todas las expectativas y creció un 11,3% en el segundo trimestre (un 10,9 semestral), poniendo de nuevo en duda la eficacia de las medidas del gobierno para ralentizar el crecimiento.

El portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, Zheng Jinping, anunció hoy que el Producto Interior Bruto (PIB) nacional alcanzó los 9,14 billones de yuanes (1,14 billones de dólares, 0,9 billones de euros), arrastrado por las exportaciones y la inversión en activos fijos.

"Por lo que respecta a la actuación económica de todo el año, creemos que la situación general es buena, aunque el crecimiento es un poco rápido", dijo Zheng, y consideró que el aumento se debió, en parte, al impulso de la inversión por los gobiernos locales en el marco del nuevo Plan Quinquenal 2006-2011.

La cifra semestral se debe al incremento del 11,3 por ciento registrado en el segundo trimestre, el más alto en la última década, y que contrastó con el 10,3 por ciento de subida del primero.

En la primera mitad del año, la inversión en activos fijos aumentó un 29,8 por ciento (31,3 por ciento en activos urbanos), y el incesante aumento de la demanda de viviendas llevó a un incremento del sector inmobiliario de un 24,2 por ciento.

En cuanto a la industria, la pesada aumentó un 32,6 por ciento, con la minería como uno de sus principales motores al incrementarse en un 45,7 por ciento. La ligera subió un 41,2 por ciento, con incrementos del 65,1 y el 40,6 por ciento, respectivamente, en los sectores alimentario y textil.

Otro gran pilar de la fuerte subida fue el crecimiento de las exportaciones, confirmó Zheng, quien confirmó los datos anunciados semanas atrás. El superávit comercial del primer semestre se situó en 61.500 millones de dólares (48.000 millones de euros), un 55 por ciento más que el año pasado, con un aumento de las exportaciones del 25 por ciento y de las importaciones del 21 por ciento.

El elevado crecimiento semestral contrastó con el índice de precios al consumo (IPC), que subió sólo un 1,3 por ciento en ese periodo, aunque Zheng consideró que los altos precios de los productores y el exceso de inversión podrían llevar a una subida de la inflación.

Tras anunciarse los datos, el Banco Mundial (BM) revisó al alza el crecimiento de la economía china para 2006 y 2007, hasta el 10,1 y el 9 por ciento, respectivamente, y frente al 9,5 y el 8,5 anteriores, según un comunicado de la organización.

Muchos economistas coincidieron en que el Gobierno chino debe adoptar dos medidas urgentes: aumentar los tipos de interés y permitir un mayor margen de oscilación del yuan con respecto a divisas como el dólar.

No hay decisión sobre tipos de interés

Sin embargo, Zheng advirtió de que Pekín no ha decidido todavía si incrementar o no los tipos de interés, en el tercer trimestre, puesto que está esperando los efectos de las últimas medidas monetarias de contención, adoptadas en abril y mayo.

"Las políticas macroeconómicas están mostrando sus efectos paso a paso, pero necesitamos seguir observando el mercado antes de lanzar nuevas decisiones", precisó.

Sobre la apreciación del yuan, dijo que "la reforma del mecanismo de intercambio ha tenido éxito. Podemos ver que ahora es más flexible, con alzas y bajas respecto del dólar", pero advirtió de que no habrá "más sorpresas" en el próximo futuro.

Una vez más, los últimos datos no responden a las expectativas de los economistas chinos, que confían en cambiar el actual modelo desarrollista, centrado en la producción industrial y la exportación, y convertirlo en uno similar al occidental, más basado en el consumo interno, aprovechando mejor su enorme mercado.

Por otro lado, las ventas minoristas alcanzaron los 3,6 billones de yuanes (450.000 millones de dólares, 350.000 millones de euros), un aumento del 13,3 por ciento con respecto al año pasado, muy inferior al registrado en el resto de indicadores.

China, que creció el año pasado un 9,9 por ciento, es ya la cuarta economía del mundo tras sobrepasar recientemente al Reino Unido por un estrecho margen, aunque aún por detrás de Estados Unidos, Japón y Alemania, según las últimas cifras del Banco Mundial (BM).

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