
La derrota de los republicanos en las elecciones presidenciales de EEUU no pilló por sorpresa al cuartel general de Mitt Romney. Pero pese a saber que la victoria era un anhelo lejano, los republicanos se quedaron sorprendidos por la diferencia de votos existente entre ambos candidatos a la Casa Blanca. ¿Qué pasará ahora con Romney?
Tras las duras campañas por parte de ambos líderes, vuelve la calma al Partido Republicano que ya empiezan a barajar los nombres de los posibles sustitutos de Mitt. Además, la tradición en este país, salvo excepciones, es que el candidato que pierde una elección presidencial pase a un plano no protagónico. Otra oportunidad para Romney sería improbable, mucho más cuando su campaña ha desnudado los abismos ideológicos del partido.
Los candidatos
El favorito para el cargo es Paul Ryan. No sólo ha acompañado a Romney durante toda la campaña electoral, Ryan ha conseguido que su presencia le proporcionase a Romney el apoyo de los miembros del Partido que no confiaban anteriormente en él. Sin embargo Ryan tiene un talón de Aquiles, su edad y su poca experiencia.
Ryan es la apuesta segura pero, en el ranking de posibles candidatos también entra el hispano Marco Rubio. El gobernador de Florida atrae a las minorías, el voto hispano y el apoyo de su partido pero tiene una 'mancha negra' en su historial. La candidatura de Rubio para el Senado se ha visto afectada por una serie de investigaciones según las cuales podría haber utilizado la tarjeta de crédito del partido republicano para fines personales.
El tercero de los aspirantes no es otro que Chris Christie, gobernador de Nueva Yersey. Es controvertido por su centrismo y antepone la política al bienestar de los ciudadanos. Pese a ello, muchos lo ven ya como el candidato que necesita el Partido Republicano.
La lista se cierra con una mujer, Condoleezza Rice. Muchos republicanos la ven como la esperanza del Partido debido a su conocimiento político y a que reúne los requisitos necesarios para sacar a flote a los republicanos. El problema es que ella no está dispuesta. Tras ocho años ocupando uno de ellos despachos más importantes, las intenciones de Rice se han desgastado.
Con el Partido Republicano barajando nombres, Romney ha quedado relegado a un segundo plano. Ha pasado de ser un candidato con numerosas 'meteduras de pata' a un fantasma que vaga por lo que antes era su cuartel. De momento, no tendrá de qué preocuparse como otros ya el republicano posee 200 millones de dólares de fortuna según datos de El País.