
El Pleno del Parlamento Europeo aprueba mañana en Estrasburgo los Presupuestos de la UE para 2013 enmendados con una máxima: frente a los recortes, crecimiento y empleo. Si fuera por el Consejo Europeo -el organismo que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete- el próximo Presupuesto no supondría un incremento superior al 2,8%, y a algunos capítulos -en especial el 4, La UE como actor global, y el 3.b, Ciudadanía- se les aplicaría la tijera con reducciones de un 9,75 y un 1,17%, respectivamente; algunas instituciones, como el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, el Servicio Europeo de Acción Exterior (la diplomacia común europea, que en diciembre cumplirá dos años de vida) o el Defensor del Pueblo tendrían un crecimiento cero en sus cuentas para 2013.
Pero la Comisión Europea y, en especial, la Eurocámara, se han negado a compartir esta visión y apuestan por que los Presupuestos de 2013 se acerquen a los 138.000 millones frente a los 129.088 presupuestados en 2012, es decir 9.000 millones más (un 6,82%).
Los eurodiputados enmendarán mañana los presupuestos originales de la Comisión para dotar de más recursos a las políticas de crecimiento, competitividad y empleo, pero también a investigación y desarrollo, pequeñas y medianas empresas, o los proyectos científicos como el sistema de navegación por satélite (Galileo) o la Agencia de energía de fusión europea (Iter).
En principio, todos los grupos políticos, excepto el euroescéptico Europa de la Libertad y de la Democracia, aprobarán la enmienda a los Presupuestos.
Batalla por 5.000 millones
Con la votación de mañana no acaba el recorrido de las Cuentas para 2013, porque a partir del 26 de octubre Consejo y Parlamento buscarán el consenso en un Comité de Conciliación, presidido por los presidentes del Consejo y el Parlamento, y asesorado por la Comisión para acercar posturas entre ambas instituciones. La batalla será dura, ya que la diferencia supera los 5.000 millones de euros (el Consejo defiende un incremento del 2,79%) y ese dinero lo aportan directamente los Estados. Habrá dos semanas para el acuerdo, exactamente el 9 de noviembre es la fecha tope para consensuar las cifras de la Unión. Si hay acuerdo, el Parlamento votará en su sesión de noviembre el Presupuesto definitivo.
Algunos de los Estados contribuyentes netos (Alemania, Francia, Reino Unido, Austria, Suecia, Holanda, Finlandia e Italia) ya han calificado de inaceptables las Cuentas y se niegan a que el incremento presupuestario supere el 2% (por debajo de la inflación prevista del 2,8-2,9%).
La eurodiputada del PSOE Eider Gardiazabal, miembro de la Comisión de Presupuestos, advierte de que si el Consejo mantiene su postura "pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos de crecimiento, aumento de competitividad y creación de empleo", e incide en la necesidad de que haya recursos suficientes para hacer frente a los pagos. "No vamos a permitir que se repita lo sucedido en 2012 con el programa Erasmus, que ha implicado que la Comisión tenga que presentar un Presupuesto rectificativo para poder hacer frente a los pagos de algunos programas europeos". Apuesta, en consecuencia, por que el Consejo cumpla el Pacto por el crecimiento y el empleo aprobado en la cumbre europea del pasado mes de junio.
Más importante que los Presupuestos de 2013 es cómo se abordan esos pagos de lo que resta de 2012. Es lo que defiende el eurodiputado del PP y miembro de la Comisión de Presupuestos Salvador Garriga, quien afirma que la UE "puede tener un problema muy serio si no tiene créditos para hacer frente a los pagos y a eso se le llama suspensión de pagos".
Garriga habla de "mala práctica presupuestaria" y de que "se han inflado los créditos de compromiso", cuando constata que en las Cuentas de 2012 se han presupuestado unos 40.000 millones de euros para fondos estructurales y hay peticiones para más de 50.000.
De hecho, mientras el Parlamento Europeo esté votando el Presupuesto de 2013 en Estrasburgo, la Comisión Europea tratará de rectificar el Presupuesto de 2012, que se ha superado en 8.000 millones de euros, el 80% de ellos relativos a partidas de los capítulos de agricultura y fondos estructurales.
El comisario de Presupuesto, Janusz Lewandowski, previene en este sentido contra el riesgo de "no poder pagar todas nuestras facturas", si el próximo año no se aprueba un Presupuesto en torno a los 138.000 millones de euros.
Los gastos de la UE previstos para el período 2007-2013 y aprobados por tanto antes del inicio de la crisis financiera establecían un techo máximo de 926.000 millones de euros. Los seis primeros presupuestos, incluido el de 2012, sumaron 713.400 millones de euros, por lo que si se añaden los casi 138.000 millones que defienden Parlamento y Comisión para 2013 totalizarían 851.400 millones, cerca de 80 millones de euros menos del techo presupuestario para esos siete años.
El Presupuesto de la UE representa el 2% del gasto total de los gobiernos de la Unión, por lo que es más de 45 veces menor que la suma del gasto público en los Estados miembros.