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La niña paquistaní atacada por talibanes sufrió años de amenazas

DERA ISMAIL JAN, Pakistán (Reuters) - Una niña paquistaní de 14 años que fue tiroteada por los talibanes desafió amenazas durante años creyendo que la buena obra que hacía por su comunidad era su mejor protección, según dijo el miércoles su padre.

Malala Yusufzai resultó gravemente herida el martes, cuando fue tiroteada el martes a la salida de la escuela en su localidad del valle de Swat, al noroeste de la capital, Islamabad.

Los talibanes reclamaron la autoría del atentado, diciendo que su defensa de la educación para las niñas es prooccidental y que la pequeña se había opuesto a ellos.

El ataque ha sembrado la indignación en un país aparentemente acostumbrado a una violencia extrema desde un aumento de la militancia islamista tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EEUU.

"Ella es una llama de paz que han intentado apagar", dijo un paquistaní, Abdul Majid Mehsud, de 45 años, de la región sacudida por la violencia de Waziristán del Sur.

En el valle del Swat, otrora destino turístico y que lleva más de cinco años infiltrado por integristas de sus bases al otro lado de la frontera, en Afganistán, la familia y amigos de la niña rezan por su supervivencia.

Su padre, Ziaudin Yusufzai, que dirigió una escuela femenina, dijo que su hija quería dedicarse a la política, y que lo que más gustan de ella es su sentido de la justicia.

Malala saltó a la fama con 11 años, cuando escribió un blog con seudónimo para la BBC sobre la vida bajo el dominio de los talibanes paquistaníes.

Los integristas, liderados por un carismático y joven predicador, tomaron su valle con una mezcla de violencia, intimidación y la falta de oposición de las autoridades.

Incluso cuando el Ejército contraatacó en 2009 con una ofensiva que barrió a la mayoría de los combatientes del valle, el lugar siguió siendo peligroso, y la fama de Malala le supuso un coste.

"Nos estaban amenazando. Un par de veces lanzaron cartas a nuestra casa, diciendo que Malala dejara de hacer lo que hace o el resultado sería muy malo", dijo por teléfono su padre, con voz cansada.

Pero pese a las amenazas, señaló, rechazaron las ofertas de protección de las fuerzas de seguridad.

"Nos mantuvimos alejados de eso porque es una chica joven. La tradición aquí no permite a una chica tener hombres cerca", dijo.

UN FONDO PARA ESCUELAS

Además, su padre dijeron que querían darle una infancia normal, después de pasar muchas noches sin dormir por el ruido de dispares, haber tenido que huir de casa con sus dos hermanos pequeños y pasar junto a los cuerpos decapitados de los que desafiaron a los talibanes.

"No queríamos que fuera con sus libros del colegio rodeada de guardaespaldas. No habría podido recibir educación con libertad", dijo.

Sus padres pensaban que estaría segura entre sus vecinos en Mingora, un pueblo situado entre las montañas nevadas que le valieron a Swat el apodo de la Suiza de Pakistán.

Malala había empezado hace poco a organizar un fondo para garantizar que las niñas pobres pudieran ir a la escuela, según dijo Ahmed Shah, amigo de la familia y presidente de la Asociación de Escuelas Privadas de Swat.

El martes, un hombre llegó a su escuela y preguntó por ella. Disparó sobre Malala y otras dos compañeras de clase en un autobús.

Ahora está envuelta en vendajes en un hospital militar, y su padre espera a que recupere el conocimiento.

"Los médicos tienen esperanza", dijo.

Ziaudin Yusufzai dijo que el ataque no les apartará ni a él ni a su hija de su trabajo, y repitió una opinión expresada por muchos paquistaníes de que el tiroteo contravino la ley islámica y la cultura de la región pastún, que prohíbe atacar a las mujeres.

/Por Saud Mehsud/

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