
Cuatro estadounidenses y un afgano murieron como consecuencia de un atentado con bomba perpetrado por un suicida en la provincia de Kunar, en el noreste de Afganistán.
En un comunicado que apenas aporta detalles sobre lo ocurrido, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condena el ataque, en el que fallecieron "el miembro del servicio exterior de la USAID Ragaei Abdelfatá, tres militares de la ISAF (la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad) y un civil afgano" (un intérprete) y además resultó herido otro miembro del servicio exterior del Departamento de Estado.
"En nombre del presidente Obama y del pueblo americano, he transmitido mis profundas condolencias a la familia de Ragaei y a toda la Misión de Estados Unidos en Afganistán", añade.
El Departamento de Defensa, por su parte, ha identificado a los tres militares y ha explicado que murieron a causa de "las heridas que sufrieron al toparse con un insurgente que detonó un 'chaleco suicida'".