BEIRUT/AMÁN (Reuters) - Un atacante suicida causó la muerte el miércoles a tres altos cargos militares sirios, entre ellos un cuñado del presidente Bashar el Asad, dijeron fuentes de seguridad, en el peor golpe al mando del Gobierno desde el inicio de la rebelión popular que ya dura 16 meses.
El ataque mató al poderoso cuñado de Asad, al ministro de Defensa y a un general de alto rango, llevando la batalla al corazón de la base de poder del mandatario y desatando enfrentamientos en varias partes de Damasco.
Residentes, que temen una respuesta feroz de las fuerzas gubernamentales, dijeron que helicópteros del ejército dispararon armas automáticas y en algunos casos cohetes sobre distritos de la capital. Material televisivo mostró a rebeldes entrando en una base de seguridad del sur de Damasco.
El agresor, que según una fuente de seguridad era un guardaespaldas asignado al círculo más íntimo del presidente, se inmoló durante una reunión de ministros y altos funcionarios de seguridad mientras en Damasco se libraban batallas que podrían seguirse desde el cercano palacio presidencial.
Washington, que teme que el conflicto se propague a países vecinos, dijo que la situación parecía estar saliéndose de control. La Casa Blanca emitió un comunicado más tarde diciendo que no tenía conocimiento del paradero de Asad, que según fuentes de seguridad no estuvo en el lugar del atentado del miércoles.
En Rusia, el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, afirmó que "la batalla por la capital es una lucha decisiva". El Consejo de Seguridad de Naciones Unidos postergó un día una votación prevista para el miércoles de una resolución sobre Siria.
El canal de televisión estatal dijo que el ministro de Defensa Daud Rajha y el viceministro del ramo y cuñado de Asad, Assef Shawkat, perdieron la vida en el "atentado terrorista". El Gobierno prometió a eliminar a las "bandas criminales", según la información.
También indicó que el general Hassan Turkmani, un ex ministro de Defensa y alto cargo militar, falleció después por las heridas sufridas en el ataque. El jefe de inteligencia, Hisham Bekhtyar, y el ministro del Interior, Mohammad Ibrahim al-Shaar, resultaron heridos pero estaban "estables".
"LA LIBERACIÓN DE DAMASCO"
Estos hombres formaban la unidad militar que encabeza la respuesta de Asad al levantamiento, que surgió como protestas populares inspiradas por las revueltas de la Primavera Árabe, que logró derrocar a líderes en Túnez, Egipto y Libia.
"Escuché una fuerte explosión pero no fue un estallido demasiado ruidoso. Me asomé y vi a muchos hombres (vestidos) de civil con rifles", dijo a Reuters por teléfono una residente cerca de la escena. Indicó que las ventanas del tercer piso del edificio quedaron destruidas.
Asad no ha aparecido en público desde el ataque ni ha hecho declaraciones. El jefe del Estado Mayor Conjunto, Fahad Jassim al-Freij, fue nombrado rápidamente nuevo ministro de Defensa para evitar dar la impresión de parálisis dentro del Gobierno.
"Este acto terrorista cobarde no disuadirá a nuestros hombres de las fuerzas armadas de seguir con su misión sagrada de perseguir a los remanentes de estas bandas terroristas armadas", dijo Freij a la televisión estatal. "Se cortarán las manos que intenten perjudicar la seguridad de la nación y de sus ciudadanos".
La explosión parecía ser parte de un asalto coordinado en el cuarto día de enfrentamientos en la capital, que los combatientes rebeldes llamaron "la liberación de Damasco", después de meses se enfrentamientos que según activistas causaron la muerte de más de 17.000 personas.
Las escaramuzas empezaron temprano el miércoles con incidentes cerca del cuartel militar del distrito de Dummar, situado a pocos metros del palacio presidencial, y fue seguido por explosiones cerca de la base de la división en el suroeste.
La unidad, liderada por el hermano de Asad, Maher, ha sido clave en la represión de las protestas populares en varias partes de Siria.
"Esta es una situación que rápidamente se está descontrolando", dijo el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, antes de hacer un llamamiento para elevar la presión internacional para que Asad dimita.
Panetta dijo que el Gobierno sería considerado responsable si no lograba mantener controladas sus armas químicas, que según Occidente y un responsable israelí han sido trasladadas desde su lugar de almacenaje.
MÁS REBELDES EN LA CAPITAL
Un vídeo publicado por activistas, que según dicen fue grabado en el distrito sureño de Qadam, mostraba al menos dos cuerpos tendidos en medio de charcos de sangre y un comandante rebelde afirmó que al menos 45 civiles perdieron la vida en Damasco el miércoles.
El líder rebelde no dio cifras sobre insurgentes o militares. El número de víctimas no pudo ser confirmado ya que el Gobierno sirio restringe el acceso de medios internacionales.
Líderes occidentales temen que el conflicto, al que se han unido yihadistas del estilo de los militantes de Al Qaeda, desestabilice a países vecinos como Israel, Líbano, Turquía y Jordania.
El ministro sirio de Información, Omran Zoabi, culpó de la crisis a los gobiernos árabes suníes de la región y a Occidente: "Ellos son responsables por cada gota de sangre. Y tendrán que pagar. Les repito que esta es una batalla decisiva en toda Siria".
Rebeldes dijeron que llevaron refuerzos a la capital, a fin de terminar con las cuatro décadas de mandato de la familia Asad atacando por primera vez la base de poder de la elite gobernante.
Dos grupos rebeldes se adjudicaron el atentado en la reunión de funcionarios de seguridad.
"Este es el volcán del que hemos hablado, apenas hemos empezado", dijo Qassim Saadedine, portavoz del rebelde Ejército de Siria Libre, un grupo compuesto por jóvenes suníes y desertores de las fuerzas armadas.
Liwa al-Islam, un grupo insurgente islamista cuyo nombre significa "La brigada del Islam", también dijo que había perpetrado el ataque después de semanas de planificación y ofreció una versión diferente de los acontecimientos.
"Nuestros hombres lograron colocar explosivos en el edificio para la reunión. Estuvimos planificando esto durante más de un mes", dijo por teléfono un portavoz del movimiento que pidió ser identificado como Abu Ammar. La televisión estatal sostuvo antes que la explosión ocurrió por un ataque suicida.
/Por Dominic Evans y Khaled Yacoub Oweis/
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