La crisis entre Venezuela y Colombia por el ataque a las FARC en Ecuador para eliminar al número dos de la guerrilla escala a niveles sin precedentes, mientras Caracas se dispone a recibir al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, el mismo día que llega su colega argentina, Cristina Fernández.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, asumió como propio el agravio denunciado por su homólogo ecuatoriano y acusó a su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, de ser un instrumento de Estados Unidos, entre epítetos de "mentiroso, mafioso y paramilitar".
Casi al unísono, Venezuela y Ecuador tomaron medidas diplomáticas severas contra Colombia y anunciaron una reunión en Caracas el miércoles.
Caracas expulsó la noche del lunes al embajador de Colombia y a todo el personal de la legación, tras cerrar su embajada en Bogotá y ordenar un despliegue militar en la frontera, mientras Ecuador anunciaba la ruptura de relaciones con Bogotá y también militarizaba la zona fronteriza.
La medida fue anunciada ante el pleno del Congreso por el ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, en un inusual y encendido discurso.
Las denuncias subieron de tono y Maduro dijo que Colombia lanzó "un golpe artero contra Ecuador, y ese golpe iba a ser en Venezuela".
Maduro recapituló las denuncias sobre planes de una provocación militar colombiana contra Venezuela y afirmó que, utilizando el argumento de la "legítima defensa", Colombia practica la llamada política antiterrorista de Estados Unidos y de "guerra preventiva".
Colombia está "copiando el modelo israelí, para establecer un Estado parapolicial al margen de los principios de soberanía, autodeterminación y existencia de Estados nacionales", exclamó.
La disputa tomó ribetes escandalosos cuando ambos países comenzaron a divulgar información de vínculos secretos de Caracas con las FARC y de Bogotá con el narcotráfico.
El Gobierno colombiano anunció que el ordenador personal de Raúl Reyes confiscado en el ataque en suelo ecuatoriano contiene documentos y fotografías que comprometen a los Gobiernos de Venezuela y Ecuador con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Venezuela negó esa acusación y respondió que el director de la Policía colombiana, general Oscar Naranjo, está ligado al narcotráfico.
"Empiezan a hablar de 300 millones de dólares (entregados por Venezuela a las FARC), son falacias absolutas", dijo el ministro de Interior venezolano, Ramón Rodríguez Chacín.
A la vez, el ministro venezolano mostró un orndeador portátil decomisado al capo narcotraficante Wilber Varela, alias Jabón, muerto en Venezuela, y señaló que los datos encontrados revelan nexos con el narcotráfico del director de la Policía colombiana, quien habría pagado al ministro de Defensa colombiano, Juan Santos, un soborno para obtener su cargo.
Horas antes de que la crisis sea abordada en la Organización de Estados Americanos (OEA), Uribe escaló la disputa y denunció que el comandante de las FARC Iván Márquez tendría un campamento en territorio venezolano y anunció que acusará a Chávez de patrocinio y financiación de genocidas, ante el Tribunal Penal Internacional (TPI).
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