
El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria, Kofi Annan, abogó este martes por un "rápido" despliegue de 300 observadores de la ONU que se encarguen de supervisar el cese al fuego en ese país, y estimó que su presencia tendría un efecto positivo.
"El despliegue rápido de la Misión de Supervisión de la ONU en Siria (MISNUS) es crucial", dijo Annan al Consejo de Seguridad, aunque advirtió que "ninguna solución está libre de riesgos".
"Necesitamos tener ojos y oídos en el terreno, capaces de moverse libre y rápidamente", subrayó Annan, citado por diplomáticos que presenciaron el informe del ex secretario general de la ONU al Consejo.
Sin embargo, el gobierno sirio se rehúsa a recibir a los observadores de la MISNUS que sean originarios del llamado grupo de "Amigos de Siria", indicó este martes la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice.
Las autoridades sirias declararon "que no aceptarían a ningún miembro de la Misión de Supervisión de la ONU que sea originario de un país miembro de Amigos de Siria", es decir, de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Arabia Saudita y Catar, dijo Rice.
La embajadora añadió que el régimen de Damasco ya negó la entrada a territorio sirio a un miembro del equipo de observadores desplegado, según el jefe de operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, Hervé Ladsous, quien calificó el hecho de "inaceptable desde el punto de vista de la ONU".
A través de una videoconferencia, Annan aseguró que tras la llegada "de un pequeño número de observadores a Homs", en el centro de Siria, "la violencia había disminuido de manera considerable" en esa ciudad.