BAGDAD (Reuters) - El primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, dijo que los militares estadounidenses podrían quedarse en Irak en labores de entrenamiento tras la fecha de retirada del 2011, incluso aunque los bloques políticos del país se niegan a conceder inmunidad a los soldados extranjeros.
La semana pasada Maliki obtuvo el apoyo de líderes iraquíes para que las tropas estadounidenses permanezcan en actividades de capacitación, pero sin la inmunidad legal exigida por Washington, como parte de un acuerdo sobre el rol del país norteamericano en Irak ocho años después de la invasión.
Maliki dijo a Reuters que las tropas estadounidenses podrían quedar vinculadas a la actual misión de entrenamiento de su embajada, o unirse a un grupo de capacitación más amplio de la OTAN, en lugar de buscar un acuerdo bilateral que requiera inmunidad para los militares que podría ser rechazado por el Parlamento iraquí.
"Dado que necesitamos entrenamiento y todos los bloques políticos lo reconocen, tenemos una serie de opciones. Ahora se está produciendo un diálogo entre los estadounidenses y nosotros", afirmó el primer ministro en una entrevista en su residencia en Bagdad.
"Estamos apuntando a entrenadores de seguridad y expertos en las armas estadounidenses que adquirimos, pero sin inmunidad y sin tener que acudir al Parlamento", explicó.
Washington ha dicho que rechazará cualquier acuerdo para las tropas estadounidenses sin las protecciones legales indicadas en el actual pacto, que esencialmente mantiene a los soldados bajo jurisdicción de Estados Unidos ante ciertos crímenes cometidos en el ejercicio de sus labores o en una base.
No quedó claro si las opciones propuestas por Maliki serían aceptables para Washington, dado que oficiales estadounidenses han señalado que cualquier actividad de entrenamiento en terreno que ponga a sus tropas bajo riesgo de ataque en Irak requeriría la clase de protección que debe ser aprobada por el Parlamento.
"Se puede decir que lo retirada y la inmunidad quizás son vistos negativamente, pero los estadounidenses y nosotros entendemos esto de forma positiva, entendemos que ambos países están cooperando estrechamente", aseveró Maliki.
Tras la finalización de las operaciones de combate el año pasado, los últimos 44.000 soldados estadounidenses que quedan en Irak deberán dejar el país a fines de este año, cuando expira el actual acuerdo y deban entregar las bases a las fuerzas iraquíes.
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