NUEVA DELHI (Reuters) - Una potente bomba colocada en un maletín frente al Tribunal Superior de Nueva Delhi causó el miércoles la muerte de al menos 10 personas e hirió a otras 50, en un atentado que según las autoridades se atribuyó un grupo extremista islámico de Bangladesh.
La bomba dejó un cráter cerca de la recepción principal donde se emiten los pases para abogados y visitantes, antes de entrar en el principal control de seguridad del edificio.
Las autoridades indias dijeron que el grupo extremista ilegal Harkat-ul-Jihad Islami (HUJI), que tiene bases en Bangladesh y Pakistán, había enviado un correo electrónico atribuyéndose la responsabilidad.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, está actualmente en visita oficial a la vecina Bangladesh, la primera de un primer ministro indio en más de una década.
"Ese mail tiene que revisarse muy seriamente porque HUJI es un grupo terrorista muy prominente entre cuyos objetivos está India", dijo el jefe de la Agencia de Investigación Nacional (NIA), S.C. Sinha, a periodistas.
En un correo electrónico a la NIA, el grupo pidió que India revocara la sentencia a muerte de un hombre condenado en conexión con un ataque contra el Parlamento indio en 2001, que espera su ejecución en la horca.
La explosión se produce en un momento en el que se ha elevado la seguridad en puntos clave mientras el Parlamento celebra sesiones y se acerca el aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. También ocurre menos de dos meses después de que un triple atentado casi simultáneo en Mumbai, el centro financiero de India, causara 24 metros.
Aún no se sabe quién estuvo detrás de los atentados de Mumbai, aunque la Policía ha centrado su investigación en los Muyahidines Indios, un grupo extremista local conocido por sus campañas ciudad a ciudad utilizando pequeños artefactos explosivos.
"Estaba cerca de la puerta en ese momento", dijo el abogado K.K. Gautam. "Había una fila ordenada cuando ocurrió una gran explosión. Vi muchos heridos y muertos. Vi unos 20-25 heridos y unos 10 muertos".
El edificio del tribunal está en una zona frondosa, normalmente tranquila y lujosa de la ciudad. La puerta exterior habitualmente está vigilada por un puñado de policías armados con rifles automáticos y escáneres manuales.
Los abogados con trajes negros y cuellos blancos almidonados aparecían conmocionados en uno de los días más ocupados de la semana, cuando el tribunal trata peticiones de interés público.
Unos 120 soldados, policías y artificieros estaban en el lugar, y las ambulancias trasladaban a los heridos.
"Creo que vi a este tipo (sospechoso). Iba de blanco, de 34 ó 35 años, llevaba un maletín y se saltó la larga fila", dijo un hombre de mediana edad a canales indios de televisión.
"Debe haber habido unas 80 personas en ese momento, cuando la bomba explotó. Yo me agaché inmediatamente pero el hombre detrás de mí no lo hizo y fue impactado (por metralla) en el brazo derecho".
La explosión en el corazón de la capital replanteará las preocupaciones sobre la capacidad de las autoridades para impedir atentados, sobre todo en zonas sensibles y de alto riesgo.
En los últimos años se han vinculado varios atentados en ciudades indias con los Muyahidines Indios, de quienes se dice que tienen el apoyo de extremistas basados en Pakistán que luchan contra el gobierno indio en Cachemira.
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