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El presidente yemení, estable tras ser operado en Riad

SANÁ/YEDA (Reuters) - El presidente yemení, Ali Abdulá Saleh, se encuentra en buen estado tras ser operado de las heridas que sufrió en un ataque contra el palacio presidencial y no es probable que vuelva a ser intervenido, dijo el miércoles un diplomático yemení en la capital de Arabia Saudí.

Saleh, de 69 años, resultó herido el viernes cuando el palacio de Saná fue bombardeado en un ataque en el que murieron siete personas y varios altos cargos más fueron heridos y que desde su gobierno se ha calificado de intento de asesinato. Está siendo atendido en Riad, capital de la vecina Arabia Saudí.

En un primer momento se dijo que había sido herido de metralla, y el lunes su vicepresidente fue citado diciendo que volvería a Yemen en unos días, aunque responsables yemeníes y estadounidenses dijeron el martes que su estado era más grave, con quemaduras en alrededor del 40 por ciento de su cuerpo.

Sin embargo, un importante diplomático yemení en Arabia Saudí dijo que el presidente está mejorando y que no se prevé que haga falta volver a operarle.

"Le visité ayer y estaba bien. Habló con nosotros y nos preguntó sobre los expatriados yemeníes, y está mejor que los otros que resultaron heridos. Está muy bien y habla. Estaba sentado en una silla", dijo Taha al-Hemyari, jefe de Asuntos de la Comunidad Yemení en la embajada en Riad.

"A lo mejor en las próximas horas el médico que le supervisa emite un comunicado sobre su estado".

El diario saudí Al Watan citó a fuentes diplomáticas según las cuales sigue siendo posible que Saleh vuelva a ser operado.

Responsables saudíes han dicho que depende de Saleh decidir cuándo vuelve a casa, pero al igual que sus aliados occidentales, podrían tratar de relanzar un acuerdo de transición apoyado por los estados del golfo Pérsico según el cual el presidente dimitiría a cambio de recibir inmunidad judicial.

Mientras, en la capital yemení, Saná, se mantenía el alto el fuego entre las tropas gubernamentales y los miembros de las tribus leales al jeque Sadeq al Ahmar, de la poderosa tribu Hashed, que se han vuelto en contra de su antiguo aliado. Más de 200 personas han muerto y miles han huido de sus hogares tras dos semanas de combates.

Miles de manifestantes se congregaron el martes ante la residencia del vicepresidente, pidiéndole que forme un consejo de transición que establezca un nuevo gobierno. Unos 4.000 manifestantes en Saná, que llevan cinco meses exigiendo la marcha de Saleh pidieron una "manifestación de un millón de hombres" para pedir que se quede en Arabia Saudí .

MEZCLA DE FACTORES

La inestable situación en un país que se encuentra en rutas marítimas vitales para el transporte de petróleo preocupa mucho en Occidente y en el gigante petrolero saudí, que temen que el caos pudiera permitir a la rama local de Al Qaeda actuar con mayor libertad.

La marcha de Saleh está considerada como una ocasión para facilitar su salida del poder tras casi 33 años al frente del empobrecido país.

Arabia Saudí está preocupada por Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), que ha lanzado ataques atrevidos, aunque no muy eficaces, sobre objetivos estadounidenses y saudíes.

El Ejército yemení dice haber matado a decenas de integristas islámicos, entre ellos un líder local de Al Qaeda, en Zinjibar, capital de la decisiva provincia de Abyan, en el sur del país. Un responsable local dijo que 15 soldados han muerto en los combates por hacerse con el control de la localidad, que fue capturada por los integristas hace unos 10 días.

Algunos detractores del presidente le acusan de permitir deliberadamente a AQAP hacerse con Zinjibar para poner de manifiesto los peligros para la seguridad si pierde el poder. Los combates han reducido esta localidad de más de 50.000 habitantes a un pueblo fantasma sin luz ni agua.

Saleh ha desafiado la presión para aceptar el plan de transición, y ha dado marcha atrás a firmarlo hasta en tres ocasiones. El futuro de un país de alianzas cambiantes entre líderes tribales, generales y políticos que compiten por el poder es incierto. Los hijos de Saleh y sus familiares siguen en el país, dirigiendo las principales unidades militares y organismos de seguridad

Otros contendientes son la federación tribal Hashed, que está muy bien armada, dirigentes militares disidentes, islamistas, izquierdistas, y una población airada que busca un cambio ante la pobreza rampante, la corrupción y los escasos y deficientes servicios públicos.

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