
El mundo político ruso contará, de cara a las próximas elecciones, con todo tipo de personajes en apoyo a las diferentes candidaturas. Personajes famosos, magnates o estrellas del espectáculo, todo vale para conseguir votantes, llamar la atención y obtener el poder.
En los próximo 10 meses Rusia se enfrentará a las elecciones legislativas, en diciembre, y las presidenciales, en marzo del próximo año, por lo que las amistades políticas comienzan a manifestarse, principalmente en torno al presidente Dmitri Medvedev y el primer ministro Vladimir Putin.
En el caso de Medvedev, que aún no ha confirmado su candidatura para los comicios, ya se ha hecho público un nombre que servirá como uno de sus principales apoyos. Se trata del multimillonario Mijail Projorov, propietario del grupo Onexim, y que liderará una fuerza liberal, denominada Právoe Delo, surgida de la Unión de Fuerzas de Derechas.
Projorov, dueño además del equipo de la NBA New Jersey Nets, estuvo hace años envuelto en varios escándalos como resultado de la celebración de una serie de fiestas con prostitutas en Moscú. Su plan inicial de cara a la actividad política es aplicar "el sentido común", inviertiendo los métodos empresariales en las funciones políticas, según explica ABC.
Entre sus planes electorales se encuentran el aumento de la jornada laboral semanal a 60 horas y el retraso de la edad de jubilación, por lo que espera los votos de las clases urbanas, la minoría tratándose de Rusia.
Respaldo de Putin
Por su parte, el primer ministro Putin también contará con un apoyo propio, a través de Frente Popular, el recién creado partido, nacido como base para Rusia Unida, su grupo. Dentro de esta nueva formación se encontrarán personalidades del mundo de las finanzas como Alexander Lebedev y Roman Abramovich, éste último dueño del equipo de fútbol Chelsea.
Abramovich cuenta con un escaño en Chukotka, donde durante algún tiempo ejerció de gobernador a exigencia de Putin, sin embargo no reside en Rusia, sino en Londres, incluso cuando acude de viaje se hospeda en un hotel de Alaska.
Sin embargo, el caso en el bando contrario ha sido muy diferente, puesto que Mijail Jodorkovski nunca ha podido dedicarse a la política, a pesar de haber sido uno de los encargados de financiar a algunos partidos de oposición a Putin.
Su situación se vio tan afectada que, tras descubrir su práctica se encontraron irregularidades en sus impuestos, por lo que lleva en prisión desde el 2003.