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Al Jazeera, la cámara que azota al totalitarismo árabe

Imagen de las revueltas en Túnez

Al Jazeera ha sido elevada a la categoría de enemigo público por los regímenes árabes que viven sumidos en revueltas populares.

En enero de 1991, una coalición internacional comandada por Estados Unidos, y auspiciada por la ONU, decidió intervenir en Kuwait para liberar este pequeño estado del Golfo Pérsico de la invasión militar a la que había sido sometido seis meses atrás por parte de las tropas iraquíes. Fue el inicio de la denominada Guerra del Golfo. Y también el de la gran expansión e impacto mediático, a escala global, de la CNN. La cadena norteamericana, fundada en 1980 por Ted Turner, pasó a convertirse en el referente televisivo de la información. "El conflicto supuso el despegue absoluto de la cadena", relataba en 1993 Tom Johnson, presidente ejecutivo de la misma: "Desde entonces no hemos parado de subir y subir. En audiencia y en suscripciones.

Cuando comenzaron los bombardeos sobre Bagdad, en enero de 1991, teníamos un gran equipo en la ciudad y logramos retransmitir en directo los primeros ataques, llevarlos a todos los rincones del mundo. Durante semana tuvimos al único periodista norteamericano en la ciudad. Esto y la cobertura general de la guerra nos dio un enorme prestigio internacional. Nos ganamos el respeto de todos por nuestra fiabilidad, rigor y honestidad al tratar los temas y por la calidad de nuestro trabajo".

Antes de aquella guerra CNN emitía en 102 países. Después del conflicto la señal llegaba a más de 200 territorios y el número de suscriptores para recibir el canal vía satélite se disparó. Además, sentó las bases de su crecimiento internacional mediante la apertura de nuevas delegaciones e, incluso, su aterrizaje con canales propios en otros mercados, como CNN Turquía y la ya desaparecida CNN+ en España.

Gran parte de su éxito estuvo en que, al inicio de los bombardeos, fue el único medio audiovisual en disponer de imágenes de los mismos. A partir de ahí, el formato de cobertura que ofreció le hizo ganar prestigio.

Veinte años después de aquello, otra cadena global ha encontrado en su manera de contar lo que está pasando en las revueltas árabes un efecto similar. En este caso se trata de Al Jazeera, el grupo audiovisual que en 1996 fundó el gobierno de Qatar y que en los últimos meses ha recogido el testigo de la CNN hasta el punto de convertirse en el canal de cabecera de la Casa Blanca. Si en 1991 era imprescindible sintonizar la CNN para saber lo que estaba pasando en el Golfo Pérsico, en 2011 es Al Jazeera quien se ha posicionado como indispensable para conocer qué es lo que sucede en las calles de los países del Magreb que se encuentran en conflicto.

"Lo que ves en la pantalla son noticias reales, que te hacen sentirte como si estuvieras viendo la propia realidad". Así es como explica Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, por qué en la Situation Room de la Casa Blanca, el despacho de operaciones que utiliza Barack Obama, Al Jazeera está permanentemente sintonizada. "Es un canal que, literalmente, se ha hecho líder en cambiar la opinión de la gente".

Videojuegos contra móviles

Parte de la repercusión que está teniendo la cobertura que ofrece Al Jazeera sobre las revueltas en el mundo árabe proviene del uso y tratamiento que hace de las imágenes. Tal y como explica Hillary Clinton, el impacto visual permite al espectador sentirse "como si estuviera viendo la propia realidad". Mientras algunas cadenas se limitan a emitir imágenes de agencia con la locución de sus enviados especiales, Al Jazeera va directamente al foco de la acción. Sus cámaras y reporteros graban en mitad de disturbios callejeros, haciendo al espectador partícipe de la revolución que se vive en el mundo árabe.

Para Aiman Zoubir, corresponsal de Al Jazeera en España, "esto no es nada nuevo. En los países árabes donde se ve Al Jazeera, el público ya sabía cómo contamos las noticias, porque en eso no hemos cambiado nada. En cambio, el público occidental puede que sí haya descubierto algo similar a lo que pasó en 1991 con la CNN y la Guerra de Irak".

Con una diferencia: "En 1991 la CNN tenía en cierto modo el monopolio de las imágenes. Ahora, en cambio, habiendo otras cadenas y con Internet, Al Jazeera sigue siendo un referente para el gran público", explica Zoubir desde su delegación en España.

Existe otra notable diferencia entre el fenómeno Al Jazeera de 2011 y el de la CNN dos décadas atrás. Las imágenes de los bombardeos aliados que retransmitía la cadena norteamericana en 1991 no incluían los efectos de éstos sobre la población civil, sino que se limitaban a una secuencia de ráfagas tomadas desde larga distancia, muchas veces de noche. Se trataba de unas imágenes que ofrecían una cara amable de la intervención armada, muy alejada de los devastadores efectos de una guerra. El espectáculo de luces que podía verse en el canal se acercaba más a una imágenes extraídas de un videojuego que al primer plano de un ataque armado. Con Egipto y Túnez, en cambio, Al Jazeera apostó por dar una visión en primera persona de lo que sucede de barricada en barricada. Para ello, no dudó en utilizar imagénes tomadas por los propios protagonistas de la acción desde sus teléfonos móviles.

"La gente tiene especial confianza en Al Jazeera y por eso envía sus vídeos. Luego los contrastamos y decidimos cuáles se emiten y cuáles no", prosigue Zoubir. Sí, durante la crisis de Túnez, más del 50 por ciento de las imágenes emitidas procedían de los teléfonos móviles de los ciudadanos. "Hay que entender que esto también tiene que ver con las condiciones de trabajo que encontramos en algunos sitios. En Túnez, por ejemplo, no teníamos oficina y en Egipto, durante las protestas, se retiraron las acreditaciones a nuestros corresponsales". A pesar de ello, no han faltado las imágenes de lo que sucedía en las calles.

La 'tele' de Bin Laden

Periodistas a los que se les retira la credencial, problemas en la frontera para que las cámaras entren en un país islámico... "En Yemen, el gobierno entró en nuestras oficinas y echó a los corresponsales. Y en Libia no nos dejan pasar", dice Zoubir. No es un relato exagerado, sino una descripción que se ajusta a la realidad. Algunos periodistas de la cadena incluso han llegado a ser arrestados, y Muamar Al Gadafi, el líder libio, ha dado como razón para vetar la entrada en el país de las cámaras de Al Jazeera que "son un puñado de perros". Esta imagen no concuerda con la de una cadena de televisión que, desde determinados ámbitos de Occidente, parecía estar vinculada al movimiento islamista más radical. "Eso es un fantasma, porque basta con abrir la programación de al Jazeera para ver que hay participación de fuentes muy amplias". Ciertamente, la cadena ha realizado entrevistas a líderes israelíes y dado entrada a opiniones de muy diversa índole en temas tan peliagudos como el conflicto palestino.

El contenido de sus programas de debate dista mucho del de una cadena que pretende extender a través de las ondas el mensaje del movimiento islámico. ¿Por qué entonces existía ese cliché de asociar a Al Jazeera con las facciones más duras del mundo árabe? La respuesta se encuentra en las semanas posteriores al 11-S. Al Jazeera fue la televisión que emitió el primer mensaje público de Osaba Bin Laden tras los atentados de las Torres Gemelas. En Occidente esto fue interpretado como un signo de complicidad.

"Cualquier cadena habría deseado emitir una entrevista con Bin Laden. Nosotros lo hicimos, pero Bin Laden salió de manera puntual. George Bush apareció muchas más veces en nuestra programación, y nadie nos acusó entonces de ser una televisión a favor de Bush", defienden Zoubir.

Azote de dictadores

La realidad es que, en aquellos países árabes sometidos a regímenes totalitarios, Al Jazeera no es recibida con buenos ojos por parte de los gobiernos. "En nuestra cadena aparecen opositores de estos regímenes, porque siempre somos plurales, y como las televisiones oficiales de estos países sólo emiten propaganda gubernamental, no toleran que exista un canal que difunda contenidos alternativos que vayan en contra de esta línea". Al Jazeera se ha convertido en azote de dictadores.

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