
Herman Van Rompuy, el conservador belga que preside el Consejo Europeo, y las diplomacias de los 17 países de la zona euro ultiman la negociación para que la cumbre europea de este viernes alcance un acuerdo sobre el rebautizado como Pacto por el Euro. Algirdas Semeta, comisario europeo de Fiscalidad: "Al armonizar Sociedades, la UE amplia la base del impuesto y su recaudación"
Una de las medidas que este Pacto recomendará a los Estados de Eurolandia, salvo que la negociación dé un vuelco de última hora, será una reforma fiscal para trasvasar la carga fiscal sobre el trabajo (sin especificar si son las cotizaciones sociales, o el impuesto sobre la renta o IRPF) al consumo a través de impuestos indirectos como el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Se pretende favorecer el empleo, y que cobrar un sueldo sea más atractivo que percibir el paro.
El Pacto por el Euro también reclama la armonización en Europa de la base imponible del Impuesto sobre Sociedades. La propuesta que Bruselas presentará el 16 de marzo plantea aumentar la base imponible de este impuesto, lo que redundará en una mayor recaudación en países como España.
Y esta misma semana los ministros de Empleo y Asuntos Sociales de los 27 países de la UE se invitaron a sí mismos a reducir los tributos sobre el trabajo y desplazar la carga sobre actividades negativas para el medio ambiente, es decir, aumentar las ecotasas.
Otras medidas contenidas en los documentos preparatorios del Pacto por el Euro son vincular la evolución de los salarios a las mejoras en la productividad y no a las subidas de precios; retrasar la edad de jubilación; y dictar leyes marco nacionales o reformar las constituciones para prohibir incurrir en deudas públicas y déficits excesivos como los actuales.
El Pacto por el Euro lo impone Alemania para que los países del euro -especialmente los quebrados o al borde de la quiebra como Grecia, Irlanda, Portugal o España- se comprometan con una política de austeridad presupuestaria y salarial. A cambio, Berlín aceptaría negociar el refuerzo y la flexibilización del fondo de rescate.
Inicialmente bautizado por los alemanes como Pacto de Competitividad, es básicamente un menú de medidas para reforzar la competitividad de la zona euro y la convergencia de sus economías nacionales. Cada Estado será libre de elegir las medidas que considere más apropiadas para su situación.
Presiones entre Estados
Y sus respectivos jefes de Estado o de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en el caso español, deberán presentar sus compromisos concretos en la cumbre que los dirigentes de los 27 países de la UE celebrarán en Bruselas el 24 y 25 de este mes. Si no es posible, el plazo será la cumbre de junio. Compromisos que deben ejecutarse en doce meses.
Si algún Gobierno peca de poco riguroso, recibirá las presiones de la Comisión y del resto de sus socios para que adopte más medidas. Las postura que adopte Merkel será la más temible, por su capacidad para bloquear las ayudas.
Menú de medidas para la Cumbre
- Ligar salarios a productividad.
- Liberalizar profesionales, distribución minorista y sectores en red.
- Reducir el empleo en negro.
- Reformas fiscales: transvasar los impuestos del trabajo hacia el consumo.
- Limitar las prejubilaciones e incentivar el empleo entre los 55 y los 67 años.
- Limitar en las legislaciones nacionales el déficit y la deuda pública.
- Someter con regularidad a la banca europea a test de estrés.