La crisis diplomática generada por Wikileaks no ha sido la culpable de que Julian Assange se encuentre en manos de la justicia sueca. La aventura amorosa que mantuvo este verano con Anna Ardin y Sophia Wilen, relación por la que el fundador de Wikileaks ha sido denunciado por "acoso sexual" y "coerción ilegal" le ha salido caro a Assange.
Los hechos se remontan al pasado 11 de agosto cuando Assange llegó a Suecia. Anna Ardin, una joven voluntaria de Wikilieaks, acogió al australiano, según informa La Vanguardia.
Dos suecas contra Assange
Assange había acudido al país escandinavo en calidad de invitado para asistir a su seminario. Ardin, miembro del movimiento de centro-izquierda Brotherhood, fue la encargada de recibir a Assange.
La joven le ofreció a Assange su apartamento. Ardin y el fundador de Wikileaks mantuvieron relaciones sexuales mutuamente consentidas. El preservativo se rompió por lo que la sueca pidió que lo dejaran. Assange, según cnsta en la acusación, rehusó. A pesar de los hechos, Ardin sigue hospedando al australiano e incluso le invita a una fiesta.
Sophia Wilsen es el nombre de la segunda mujer con la que Assange mantuvo relaciones sexuales en Suecia. Wilsen y Assange mantuvieron relaciones sin condón y al día siguiente, cuando la joven le pidió que lo utilizase, él se negó provocando la desconfianza de la joven.
Wilen se puso en contacto con Ardin -ambas se conocieron en el seminario- y pusieron sus historias en común para proceder a posteriori a redactar su denuncia a la Policía.
¿Conspiración contra Assange?