El Partido Comunista de China (PCCh) aprobó el XII Plan Quinquenal de planificación económica, que servirá de guía para la economía de la segunda potencia mundial para el período 2011-2015 y que se centrará, sobre todo, en potenciar la demanda interna y el consumo doméstico.
El documento servirá de patrón del "socialismo con características chinas" que promulga Pekín, aunque todavía no se han dado a conocer las cifras y objetivos macroeconómicos a los que aspira el país.
"De 2011 a 2015, China todavía estará en su período dorado de desarrollo. Continuará la tendencia veloz actual para la industrialización, urbanización, tecnologías de la información, modernización de las infraestructuras y globalización económica", enumera Hu Angang, director del centro de Estudios chinos de la universidad Tsinghua de Pekín.
Hu, que participó en la elaboración del XI Plan que ha regido en el último lustro, da por seguro que, independientemente de las políticas, por su potencial actual la economía del gigante asiático continuará creciendo a una velocidad de crucero del 7,5%, por lo que la clave, apunta, será encontrar un modelo "científico" de futuro.
"Debe basarse menos en la exportación para crecer y más en el consumo y la inversión. Los sectores primario, secundario y terciario tienen que convertirse en fuerzas iguales del desarrollo por encima de la confianza única en la industria", preconiza.
En parecidas palabras se manifestó recientemente el primer ministro chino, Wen Jiabao, que dijo que el país debe pasar ahora "de más atención en la cantidad a más atención en la calidad".
Hacia la maduración económica
Ente otros hitos, en 2008 China superó a Alemania como primer exportador mundial y también es ya el principal consumidor de energía del planeta. Sin embargo, según datos de la consultora McKinsey, el consumo interno chino supone sólo el 36% de la riqueza del país, la mitad de la tasa estadounidense.
La maduración económica china se espera que obtenga un empujón durante este próximo lustro, cuando el país entre en el grupo de países del mundo con "ingresos medios", con un PIB per cápita que supere los 4.000 dólares, equiparable a los ingresos de los ciudadanos de los países europeos en los años 60 o 70.
Y es que a pesar de superar a Japón en los dos últimos trimestres y situarse ya como segunda potencia mundial, con EEUU en el horizonte, la fuerza demográfica china, 1.350 millones de habitantes, relativiza las cifras absolutas.
Grandes diferencias internas
Desde la apertura iniciada por Deng Xiaoping hace más de tres décadas, el desarrollo chino se ha valido de las zonas costeras orientales, mucho más urbanizadas y que a día de hoy presentan unos índices económicos que multiplican los del interior rural del país.
Dentro del impulso del consumo interno, el Gobierno chino busca con especial atención la modernización de las zonas rurales, que ven como el diferencial de ingresos y riqueza respecto a los "vecinos de ciudad" se agranda sin cesar.
Por esta razón, Pekín anunció la mejora de los servicios sociales básicos, como el seguro médico, y también las infraestructuras de estas regiones rurales, entre las que el propio Plan Quinquenal destaca la construcción de "más comercios".
Ojo con el medioambiente
Otro de los retos proviene del ámbito medioambiental, después de alcanzar también el negro récord de ser el país más contaminante del mundo: por primera vez un documento oficial del Gobierno chino incluirá la reducción de emisiones como uno de sus "objetivos vinculantes".
Aunque no cita porcentajes concretos, se trata de un avance en la actitud de China, ya que hasta ahora el país sólo se había comprometido a mejorar su intensidad de carbono (emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB).