El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha sugerido este domingo la implantación de una reforma política que salvaguarde la salud de la economía del gigante asiático a través de la protección de los derechos del ciudadano.
El premier, que realizó estas declaraciones durante una visita a la ciudad de Shenzen, una de las economías locales más pujantes del país, aseguró que "sin reestructuración política, China podría perder lo que ya ha conseguido a través de la reestructuración política, y podría no alcanzar los objetivos de su apuesta por la modernización".
"Es por ello que se deben garantizar los derechos legítimos y democráticos del pueblo, que a su vez debe ser organizado de acuerdo con el estado actual" de la realidad del país asiático. El objetivo, en este sentido es el de "crear las condiciones necesarias" para que la población china pueda evaluar la labor del Gobierno y, en última instancia, "resolver el problema de la ineficacia burocrática".
Tarea pendiente
Con estas declaraciones, Wen cimenta su reputación aperturista y popular frente a la férrea doctrina del partido Comunista. Sus últimos discursos dan a entender que el primer ministro desea emprender, en los tres años que le restan antes de abandonar el cargo, una ola de reformas de carácter social y anticorrupción.
En la ciudad de Shenzen, cuyo crecimiento se ha disparado hasta los 14 millones de residentes en la última década, Wen aseguró, una vez más que "si algo ha enseñado la historia de Shenzen, es que la reforma y el aperturismo son el camino para conseguir la prosperidad nacional y la felicidad del pueblo".