
Jack Rodman, experto en mercado inmobiliario, cree que un crash puede estar gestándose en China. No es extraño, si tenemos en cuenta que lleva un exhaustivo cómputo de los edificios de oficinas que están completamente vacíos en la capital, Pekín: ya son 55, y hay otra docena que parecen firmes candidatos. China vuelve a elevar los requerimientos de capital para enfriar el crédito.
Según cálculos de Rodman, presidente de Global Distressed Solutions, que asesora a firmas de capital riesgo y hedge funds que invierten en bancos y propiedades en el gigante asiático, alrededor de la mitad del espacio comercial de Pekín está disponible, más por ejemplo que lo contabilizado en las cinco ciudades más importantes de Alemania en 2009.
La última cifra oficial que hay al respecto, correspondiente al tercer trimestre de 2009, apuntaba que el 22,4% de las oficinas de la urbe estaban sin ocupar. Ese dato, que no incluye los edificios que estaban a punto de ser inaugurados, fue el noveno mayor de los 103 mercados analizados por el broker inmobiliario CB Richard Ellis.
Se masca la burbuja
Rodman no es el único que está preocupado. "Se está gestando una burbuja monumental en el sector inmobiliario y en los activos de renta fija de China. Y deshincharla va a ser muy, muy difícil", apunta James Chanos, gestor hedge de Morgan Stanley.
Las preocupaciones de los inversores sobre China incluso trascienden ya la industria del ladrillo. Y es que, comparado con los 15 mayores mercados asiáticos, el índice Shangai Composite es el tercero más caro relativo a las estimaciones de beneficio de sus compañías para este año, por detrás sólo de Japón e India. Y eso después de haber caído un 8,5% en los últimos seis meses.
"El Año del Tigre (2010 en el calendario chino) puede traer ganancias a los inversores, pero hacer una selección de valores muy exhaustiva va a ser más importante que nunca, puesto que por valoración todo está ahora más caro y además se avecinan medidas de endurecimiento de sus políticas", alertan desde la web Citywire.
Hoy ha quedado claro, con el anuncio de las autoridades de que han endurecido los requerimientos de capital a los bancos por segunda vez en poco más de un mes.
Incertidumbre, incertidumbre, incertidumbre
Si los malos augurios de Rodman y otros expertos se cumplen, digerir la deuda ligada a una burbuja inmobiliaria colapsada puede hacer que los bancos rebajen drásticamente sus préstamos y que el crecimiento económico se ralentice durante años en una economía que, según firmas como Nomura, aportará más de un tercio del crecimiento mundial este año.
Los riesgos son tan grandes que no se puede descartar que China experimente una década en la que ese crecimiento sea muy pequeño o inexistente, como lo que le sucedió en Japón en los años 90, según Patrick Chovanec, profesor de la Escuela de Economía y Gestión de la Universidad Tsinghua, en Pekín.