URUMQI, China (Reuters) - La policía antidisturbios china disolvió una pequeña manifestación de uigures a la salida de las plegarias del viernes en un barrio musulmán de Urumqi, arrestando a varias personas a las que se llevaron con las manos sobre la cabeza.
El incidente ocurrió mientras Estados Unidos instaba a los líderes chinos a actuar con moderación al reprimir los disturbios en la región de Xinjiang.
Una multitud de varios cientos de personas se concentró cerca de la Mezquita Blanca junto con policías antidisturbios armados con ametralladoras mientras coches blindados de la policía bloqueaban las calles alrededor del edificio y un helicóptero sobrevolaba la zona.
"Ven, así es como tratan a los uigures, como a animales", dijo una mujer.
Cientos de musulmanes uigures abarrotaron la mezquita después de que las autoridades dieran marcha atrás con la decisión de cerrar los templos para minimizar la tensión étnica.
Las fuerzas de seguridad impusieron el control sobre la capital de la región de Xinjiang, pero las plegarias de la tarde estaban poniendo a prueba la capacidad del Gobierno de contener la rabia uigur después de que chinos han, el grupo étnico predominante en todo el país, atacaran el martes sus barrios.
Esos ataques fueron en represalia por la muerte de 156 personas en disturbios que los uigures llevaron a cabo el domingo, el peor brote de violencia de origen étnico que vive la región en décadas.
La decisión de silenciar las plegarias colectivas pudo generar resentimiento, pero miles de soldados y policías antidisturbios parecían listos para sofocar cualquier nueva protesta uigur.
Casi todos los uigures son musulmanes, pero pocos se adhieren a las interpretaciones más estrictas del Islam.
Pekín no puede darse el lujo de perder el control en un vasto territorio que limita con Rusia, Mongolia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán e India, que tiene abundantes reservas de petróleo y es la mayor región productora de gas natural del país.
Autoridades locales en Kashgar, una ciudad uigur en el sur de Xinjiang, pidieron a los periodistas extranjeros que abandonaran la zona el viernes, citando razones "de seguridad". En algunos casos los periodistas fueron escoltados hasta el aeropuerto.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el general James Jones, instó a los líderes chinos el viernes a actuar con "apropiada moderación", dijo un alto cargo estadounidense en L'Aquila, Italia, donde los líderes del G8 estaban reunidos.
AVISOS DE SUSPENSIÓN
Otras mezquitas frecuentadas por hui, un grupo musulmán culturalmente afín a los chinos han, abrieron sus puertas el viernes después de que multitudes de unos pocos cientos de fieles empezaran a gritar.
Las mezquitas en el distrito de tiendas principalmente uigur de Urumqi mostraron desde temprano avisos que indicaban que las plegarias habían sido suspendidas.
Un grupo de uigures reunidos en las afueras de la gran mezquita del puente Dong Kuruk dijeron que estaban molestos y decepcionados porque ésta no abriría sus puertas.
"Nos sentimos insultados. Esta es nuestra mezquita. Pero no se nos permite entrar, mientras que entran otros no creyentes", dijo un hombre joven.
El gobernante Partido Comunista chino teme que las grandes reuniones religiosas uigures puedan convertirse en otro catalizador para disturbios después de una semana de violencia étnica.
Los uigures, un pueblo de raíces turcas mayoritariamente musulmán y que comparte lazos lingüísticos y culturales con Asia central, representan casi la mitad de los 20 millones de habitantes de Xinjiang.
El presidente chino, Hu Jintao, quien se vio obligado a abandonar una cumbre del G-8 en Italia por la violencia étnica en Xinjiang, dijo que mantener estabilidad social en la región rica en energía era la "tarea más urgente" del Gobierno.