Las noticias tranquilizadoras sobre la salud del presidente de Apple, Steve Jobs, se ampliaron el miércoles, pero la estricta consigna de silencio observada por el grupo informático generó críticas y temores desde el anuncio de su transplante de hígado.
"El pronóstico es excelente", afirmó el jefe del servicio de transplantes del hospital de Memphis donde Jobs fue intervenido, precisando que el presidente de APPLE (AAPL.NQ)"se recupera bien".
Pero el grupo de Cupertino (California, oeste de Estados Unidos) se niega a informar directamente sobre la salud de su presidente, que anunció una licencia por enfermedad en enero hasta fines de junio por problemas médicos no precisados, cinco años después de sufrir un cáncer de páncreas.
Apple tampoco precisó cuándo volvería al trabajo.
El mismo Jobs comentó el lunes, pero mediante un comunicado, el éxito del lanzamiento del nuevo iPhone 3GS.
Algunos testigos aseguran haber visto a Jobs, de 54 años, en los corredores de la empresa desde el inicio de la semana, aunque no está claro si era la primera vez que iba desde que cedió la gestión diaria a su número dos Tim Cook en enero.
La extrema discreción de la empresa hace correr mucha tinta en los medios financieros y jurídicos, donde se recuerda que una empresa tiene la obligación de informar a los accionistas e inversores sobre cualquier cambio en su dirección.
Este silencio tal vez tuvo que ver con la caída del título de Apple, que perdió 4,62% entre el lunes de mañana y el martes por la noche, antes de recuperarse un poco el miércoles tras el anuncio del buen pronóstico para Jobs.
"Steve Jobs es una persona muy importante y su estado de salud debería haber sido revelado desde un principio", dijo el abogado Tom Ajamie a la CNBC, estimando que "el hecho de que la sociedad haya minimizado (sus problemas de salud) muestra que saben que es importante para el precio del título".
Pero para Charles Elson, director del centro Weinberg para la administración de empresas en la Universidad de Delaware, Apple no tenía una obligación legal al respecto.
No obstante, admitió en una entrevista con la AFP, "dadas las evoluciones del título en torno a su salud, ésta es aparentemente importante para los inversores" y eso sugiere que "la transparencia es el mejor camino a seguir".
Los analistas subrayan que Jobs, uno de los cofundadores de Apple, "encarna" a la sociedad desde que supo relanzarla retomando su dirección en 1997, tras 12 años de ausencia.
A inicios de enero, cuando la delgadez de Jobs daba lugar a rumores sobre su salud desde hacía seis meses, Apple anunció que sufría de un simple "desequilibrio hormonal", antes de reconocer una semana más tarde que el problema médico era "más complejo", aunque no se brindó ningún diagnóstico.
Otra polémica se dio en torno a si Jobs se benefició de alguna preferencia para obtener un transplante de hígado. El médico de Memphis, James Eason, respondió que era "el paciente más grave de la lista de espera al momento en el que el órgano de un donante estuvo disponible".
Algunos medios de prensa indicaron que Jobs, que vive en California, se había instalado provisoriamente en Tennessee precisamente porque la lista de pacientes esperando un transplante de hígado era más corta.
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