
¿Es la Navidad con crisis menos Navidad? Que se lo digan a los comerciantes, ávidos de que lleguen estas fechas para cuadrar balance y acabar el año con números negros. Pero hay negocios que hasta diciembre no hacen su agosto, y saben que depende incluso la supervivencia del negocio.
La opinión de los mayoristas indica que la crisis no va tanto por barrios como por productos. El gerente de Asomafrut, la Asociación de Empresarios Mayoristas del Mercado Central de Frutas y Hortalizas de Madrid, Luis Alberto Carrión, explica cuál es la tendencia que ya notan desde hace un tiempo: "Se aprecia una actitud más conservadora al consumir, con un ajuste entre el consumo y el precio de los productos, que o está muy contenido o ha bajado. El consumidor se está retrayendo, está claro".
¿Qué pasa con los productos? Vayamos por partes. Está claro que si hay una fruta estrella de estas fiestas son las uvas. Pero cuenta Carrión que este año uvas, las justas: "Por el ritmo de ventas que llevamos este año los clientes tomarán sólo las 12 uvas reglamentarias por barba, mientras que otros compraban de más".
Hay otros productos típicos que sirven para comprobar la temperatura de los ingresos en estos tiempos navideños, como la lombarda. "Es una verdura que experimenta cierto repunte en Navidad, y aunque no creo que sea digno de ser reflejado en una estadística, ocurre. Las frutas tropicales (cerezas de Chile o Argentina, por ejemplo) también suben, aunque se consumen durante todo el año".
De lo que sí se han beneficiado estos comerciantes, señala Carrión, es de "la bajada de precio del petróleo, que abarata los transportes. Y esperamos que siga bajando para que repercuta en los precios".
El cordero es ese plato típico que suele fallar en pocas casas. Lo sabe bien Antonio Aldeamil, presidente del mercado central de carnes de Mercamadrid, y de sus palabras se deduce cierto optimismo. "Estamos repitiendo las pautas de consumo del año pasado, aunque sí ha sido muy sintomático que hasta la primera o segunda semana de diciembre hemos sufrido algunos altibajos. Sin embargo, ya hemos conseguido igualar los niveles de consumo de 2007. Y prevemos un aumento de aquí a final de año".
Cambio de productos
El ritmo de consumo se repite, pero sí ha habido cambios en cuanto a los productos adquiridos. "Sí que hemos notado que el filete tradicional (de primera, de segunda, de añojo...), que antes te pedían con bastante ansiedad, ahora tarda más en colocarse", cuenta Aldeamil.
¿Y qué pasa con el dinero? ¿Se están gastando más o menos los consumidores? "Nuestros clientes se están gastando el mismo dinero, aunque los comercios están ingresando quizá cerca del 1 o el 1,5% menos. El consumo es el mismo, pero el precio ha fluctuado".
Y hay detalles significativos. "El cordero sigue siendo un producto estrella, igual que el entrecot. Lo que sí ha aumentado es el consumo de productos de casquería, lo que llamamos despojos cárnicos, que son más baratos". La cesta se llena, pero quizá no con tanta calidad.
En cualquier caso, quizá una de las conclusiones es que el final de año no está siendo tan malo para los comercios de alimentación como algunos apuntaban allá por principios de 2008. Aldeamil reconoce que estaban más preocupados de la cuenta. "A finales de 2007 y principios de 2008 estábamos muy preocupados, porque habíamos observado también malos indicadores en el consumo. Pero se ha mantenido".
Pero el trío ganador de estas fiestas no suele variar mucho: uvas, cordero... y besugo. Manuel Pablos es presidente de la asociación de empresarios mayoristas de pescados de España y no ve el vaso medio lleno como sus colegas de frutas, hortalizas y carnes. "Este año, las ventas están muy ralentizadas. Además se ha producido una importante bajada de precios respecto a otros años", cuenta.
"Ahora, los pescaderos no están cargando mercancía desde hace tiempo. Otros años necesitaba aprovisionar ya desde el mes de noviembre; van comprando al día", señala, aunque no parece demasiado sorprendido. "Esta situación es la que se esperaba".
Pocos se atreven a dar cifras que expresen la caída de ventas, pero Manuel Pablos cuenta hasta qué punto se nota en los mercados centrales: "Por ahora, la caída es de un 15%. Pero nos falta hasta el 31 de diciembre -el lunes y el martes serán fundamentales- y si las cosas van mal, puede llegar incluso al 25 o al 30%".
Fuentes de Cecoma, la Confederación de Empresarios de comercio Minorista, Autónomos y de Servicios de la Comunidad de Madrid indican que en cuanto a las pescaderías se ha notado un notable aumento del consumo de besugos, mucho más que otros años.
Y también señalan que han disminuido notablemente los encargos de marisco congelado. "Normalmente la gente ya lo tenía encargado a estas alturas. Esperamos que las personas que no lo han encargado todavía se acerquen estos últimos días a hacer su compra", dicen.
Pero de comida no sólo vive el hombre estos días. También los comercios de regalos esperan como agua de mayo que el consumidor no se haya olvidado de ellos. Desde Cecoma apuntan un dato curioso: "Muchos comerciantes tienen la impresión de que, con la crisis, puede aumentar la venta de regalos útiles". ¿Estamos entonces ante un repunte de microondas, aspiradoras o lavadoras?
Una afirmación que no convence a María Pérez, gerente junto a su padre de Electrodomésticos Ramón, un comercio del barrio de Salamanca de Madrid. "Nuestras ventas siguen siendo en su mayoría regalos relacionados con el ocio, y lo que hace auténtico furor este año son las consolas, tanto para adultos como para niños. Es más, hay más demanda de estos productos de la que vamos a poder ofrecer. Quizá la gente se está preparando porque sabe que va a salir menos", dice.
Teniendo en cuenta que el precio mínimo de una consola son 150 euros, ¿se está abusando mucho de los plazos a la hora de pagar? María cuenta que las consolas se abonan al contado mientras que "a lo mejor el microondas se paga en dos veces", y constata que las ventas han disminuido cerca de un 30%. ¿También hay crisis en el barrio de Salamanca? "Claro, hay mucha gente que depende de rentas, de inversiones, de alquileres que ahora no funcionan tan bien". La crisis no entiende de barrios.