Las empresas españolas pierden 1.500 millones por ataques informáticos Internet y el correo electrónico son los grandes coladeros para la entrada de virus
"Nunca la realidad se ha parecido tanto a la ficción. Lo de James Bond se queda a la altura del betún". Javier Ribas, socio de Landwell-PwC, no se refiere a un estreno cinematográfico ni a las últimas técnicas de la mafia siciliana. Habla de los ciber-ladrones, cuyos ataques informáticos le cuestan al año unos 1.500 millones de euros a las empresas españolas.
Un coste que incluye las pérdidas directas de ventas, lo que deja de ingresar la empresa por la pérdida de clientes (enfadados con el mal servicio), el coste de la pérdida de imagen y el capital técnico y humano necesario para hacer frente a las incidencias. ¿Quiere saber cómo proteger su empresa? La solución quizá parezca arcaica para los tiempos que corren, pero lo más eficaz es no tener acceso a Internet.
La Red y el correo electrónico son canales por los que entra mucha información y que facilitan la forma de trabajar a millones de personas en todo el mundo. Pero en medio de esa cantidad ingente de datos hay hueco para virus capaces de acabar con el negocio. Un riesgo en el que son especialmente vulnerables las pequeñas y medianas empresas. "Para una compañía de 200 empleados, protegerse de los ataques informáticos le costaría unos 30.000 euros al año", asegura Juan Puente, socio director de la compañía de seguridad informática Intelideas. Para Javier Ribas, se reduce a una cantidad "entre 3.000 y 9.000 euros y una persona que le dedique unas cuatro horas al mes".
Pero estas inversiones no garantizan que su empresa esté a salvo de lo que Juan Salom -jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil- llama "empleados descontentos", una figura que no deja de aumentar en las empresas. "Roban correos electrónicos, suplantan la personalidad de los directivos y les extorsionan pidiéndoles dinero", aclara. Y dice que algumas compañías han llegado a recibir spam (correo electrónico no deseado) en el que los hackers (piratas informáticos) se ofrecen para atacar empresas. "En Estados Unidos es cada vez más habitual el uso del Blackmail con contenidos al más puro estilo mafioso: o pagas o te atacamos los servidores", dice.
Las empresas en su mayoría no denuncian, y los ladrones campan por sus anchas en la era en la que el ordenador es un elemento cotidiano casi como el cepillo de dientes. "El problema es que es demasiado fácil, porque todos los manuales están en Internet, se puede conseguir dinero con ello y para muchos, sobre todo la Generación.net, es algo que mola", dice Salom.