
El empresario Enrique Quemada ha resuelto en su ultimo libro, "FIT; Estrategia, valor y precio" el rompecabezas que supone para un emprendedor conseguir el mayor valor posible para su empresa, y ha conseguido encajar las ocho piezas que bien articuladas mejoran los beneficios y el valor de una compañía.
Lo que Quemada ha pretendido con este volumen es explicar por qué empresas muy parecidas en tamaño y actividad valen mucho más que otras, y para ello ha puesto negro sobre blanco una dilatada carrera en Harvard Business School, en la escuela de negocios IESE y en distintas entidades financieras.
Tras recorrer medio mundo en el sector de banca privada, Quemada preside ahora OnetoOne, banco de inversión especializado en fusiones con presencia global.
Los ocho elementos que una empresa debe tener en cuenta si quiere "tener éxito duradero, ser rentable y valiosa", señala Quemada, son la misión (por qué existe), la visión (qué quiere ser), los valores, la estrategia, el modelo de negocio, el liderazgo y la ejecución.
Adecuadamente combinadas, estas ocho piezas permitirán al empresario obtener mejores beneficios, mejorar sus márgenes y, llegado el caso, vender la firma en las mejores condiciones posibles.
Su amplia experiencia permite a Quemada abordar todos los entresijos de la gestión, el control de riesgos, el marketing, la rentabilidad, el liderazgo y, sobre todo, el trabajo en equipo.
Una de las citas que cierra el volumen es del "oráculo de Omaha", Warren Buffet, y resume con sencillez la actitud que hay que mantener durante una transacción: "Nunca temas pedir demasiado cuando vendas, ni ofrecer muy poco cuando compres".
Pero eso no basta, como sabe muy bien Enrique Quemada, que en su última obra se ha centrado menos en las condiciones de la venta y más en la maximización del valor de la empresa.
El tamaño de la empresa es uno de los factores más relevantes a la hora de abrir y consolidar posiciones en los mercados exteriores, explica, y algo muy relevante en un momento en el que las exportaciones y la internacionalización de la economía soportan el nuevo modelo de crecimiento de España.
Y en este país el número medio de trabajadores por empresa es uno de los más bajos de los principales países de la UE, por el predominio que tienen las pymes en el tejido empresarial español.
Sin embargo, está demostrado que "los niveles de productividad aumentan con el tamaño, un salto especialmente relevante en el caso de las empresas pequeñas, que aumentan un 45 % la productividad respecto al tramo de empresas de menor tamaño".
Su conclusión es que las empresas españolas tienen un tamaño medio inferior al de las empresas de los principales países de la UE debido a la escasa participación de empresas medianas y grandes en nuestra economía, y ahí es donde hay que actuar.
Es preciso, dice Quemada, contar con una "cantera" de empresas medianas, que puedan competir en los mercados internacionales y con capacidad para innovar.
De hecho, según sus cálculos, si España tuviera la composición de Alemania por tamaño de empresa, su productividad agregada podría incrementarse alrededor de un 13 %.